SAN LEOPOLDO DE
CASTELNUOVO
30 de julio
1942 d.C.
Nació en Herzeg Novi (Castelnuovo de Catari) en Dalmacia.
Ingresó en los capuchinos a los 16 años y tomó el
nombre de Leopoldo. Fue ordenado sacerdote en 1890. Siendo sacerdote se
preocupó ardientemente por la unión de los cristianos y
dedicó toda su vida al ministerio de la reconciliación, y
que en su tierra vivió con diversas confesiones cristianas. No
aceptó que las diferencias etnicas y culturales, enmascaradas en
sentimientos religiosos, fueran fomento de luchas fraticidas y
venganzas.
Tuvo pocas oportunidades para desempeñar su misión, pero
siempre que sus superiores le dieron una oportunidad, trató de
cumplir con su tarea. En Zadar, a donde fue enviado entre 1897 y 1900,
entabló relaciones con los ortodoxos e intentó atraerles
a la unidad con la Iglesia. De igual modo se comportó en su
breve permanencia en Rijeka en 1923, donde fue enviado como confesor de
la población croata. Después fue llamado a Padua para que
se dedicase al confesionario por la solicitud del obispo y de la
población. En 1924 se dedicó semanalmente en Venecia a
enseñar croata y eslavo a los estudiantes capuchinos, para que
algún día pudieran ir de misión. Sensible al
nacionalismo croata, en 1917, rechazó la nacionalidad italiana,
con lo cual fue destinado al sur de Italia. Sus superiores le
consideraron poco idóneo para las misiones en Oriente a causa de
sus malas condiciones de salud. Tampoco pudo dedicarse a la
predicación a causa de un grave defecto de pronunciación.
Sus superiores fijaron su residencia en Padua donde vivió
cuarenta años y volvió a dedicarse al confesionario donde
acudían personas de toda condición y dignidad; sus
funerales durante la guerra fueron aposteósicos y su
confesionario se convirtió en lugar de peregrinación.