SAN LANFRANCO DE
PAVÍA
23 de junio
1194 d.C.
Nació en Pavía en el seno de una noble familia. En el
1178, fue elegido obispo de la ciudad y fue consagrado por el papa
Alejandro III. Fue un prelado que intentó siempre la paz entre
su ciudad y la ciudad de Ticino, a pesar de que los poderes
políticos hacían todo lo imposible para impedirlo. Fue un
gran defensor de la dignidad episcopal.
Fue amable con los buenos, pero enérgico con los
malos, pío, generoso y de vida ejemplar, tuvo que luchar contra
la autoridad civil local que quería apropiarse de algunos bienes
eclesiásticos. Se retiraba de vez en cuando al monasterio del
Santo Sepulcro regido por la recién fundada Orden de
Vallombrosa. Las autoridades civiles, por venganza hacia su
política en favor de la ortodoxia y en contra de la rapacidad
del poder civil, quisieron matarlo de hambre, pero siempre salió
indemne; tuvo que marcharse de Pavía, y marchar a Roma donde el
Papa tuvo que intervenir en su favor. Regresó a Pavía,
pero cansado de luchar, se retiró al monasterio del Santo
Sepulcro donde murió.