SAN JUSTO DE CANTERBURY
10 de noviembre
627 d.C.
Monje
benedictino romano. En el 601 fue enviado a Inglaterra por el papa san
Gregorio Magno, como evangelizador de las tierras de Kent y de las
regiones cerca de Londres. En el 604, san Agustín de Canterbury
le ordenó obispo de Rochester. El rey san Etelberto de Kent
construyó allí una iglesia dedicada a San Andrés,
porque los misioneros romanos venían de la iglesia de San
Andrés de la Colina Coeli. Cuando san Lorenzo sucedió a
san Agustín en la sede de Canterbury, Justo escribió
junto con él y con san Melito de Londres una carta a los obispos
y abades irlandeses, invitándolos a adoptar ciertas costumbres
romanas. Dichos santos escribieron otra semejante a los
británicos cristianos. A propósito de esta última,
dice irónicamente Beda: "Todavía puede verse lo que en
realidad consiguieron con eso".
En el año 616.
después de la muerte del rey san Etelberto, se desató una
reacción de los paganos en Kent y entre los sajones del este.
Viendo eso, san Lorenzo, Justo y san Melito, decidieron retirarse
algún tiempo, pues no podían hacer ningún bien en
tanto que durase la oposición de los príncipes paganos.
Justo y Melito partieron a la Galia. Un año más tarde,
Justo volvió a Inglaterra, ya que san Lorenzo, movido por una
aparición de san Pedro, había conseguido convertir al rey
Edbaldo de Kent.
En el 624, sucedió a san Melito en la sede de Canterbury; el
papa Bonifacio V, al enviarle el palio, tuvo hacia él palabras
de alto aprecio, y en la que le delegaba el derecho patriarcal de
consagrar obispos para Inglaterra. Justo murió poco
después. Antes de morir, consagró a san Paulino de York y
le mandó acompañar a santa Ethelburga de Lyminge cuando
ésta partió al norte a contraer matrimonio con el rey san
Edwin de Nortumbría, que era pagano. Como lo hace notar Beda,
esa alianza fue la ocasión para que el país abrazara la
fe". Le sucedió san Honorio.