SAN JULIO
ÁLVAREZ MENDOZA
30 de marzo
1927 d.C.
Nació en Guadalajara (México) y los patronos de sus
padres le pagaron los estudios en el seminario de Guadalajara,
ordenándose en 1894. Pertenecía a la Congregación
Mariana. Primero fue enviado a la capellanía
de la parroquia de Teocaltiche, que en 1921 fue elevada a parroquia, y
posteriormente pasó al obispado de Aguascalientes. Fue un
párroco ejemplar, bondadoso, dedicado a la labor
catequética en los ranchos, y como era entendido en
sastrería y dulcería, introdujo a muchos en estos
oficios. Era muy devoto de María. Párroco en Mechoacanejo
(Jalisco) donde pasó casi toda su vida sacerdotal. Se
cuidó con autentica pasión de su feligresía, sobre
todo a los más pobres.
Cuando llegó la persecución se quedó oculto por
los ranchos y siguió ejerciendo su ministerio, y yendo a Salitre
a celebrar la misa fue reconocido por un transeúnte, pero
él se atemorizó y lo negó. No obstante fue
detenido por los soldados en 1927. Sus dos compañeros
también fueron detenidos. Fueron llevados a Villa Hidalgo,
Aguascalientes, León y finalmente a San Julián, Jalisco,
para escarmentar a los cristianos. Fue conducido al lugar donde les
iban a fusilar y dijo: “Yo sabía que tenían que matarme
porque soy sacerdote… Voy a morir inocente. No he hecho ningún
mal. Mi delito es ser ministro de Dios. Yo les perdono a ustedes, pero
ruego no maten a los muchachos, pues son inocentes”. Su cadáver
fue dejado en un basurero, que fue recogido por el sacristán del
pueblo, José Carpio, que con ayuda de los vecinos lo
enterró. Fue canonizado por san Juan Pablo II el 21 de mayo de
2000.