SAN JULIO I
   337-352 d.C.



   Convocó un nuevo Concilio en Sárdica (Sofía), en 341, cuyo fin era la reconciliación entre católicos y arrianos. Un centenar de obispos ortodoxos y muchos obispos herejes participaron en el Concilio, cuyas decisiones fueron consideradas tan importantes como las del Concilio de Nicea. La reconciliación no pudo ser lograda, y los herejes organizaron su propio concilio. Lo que los obispos reconocieron en Sárdica fue el derecho de apelación de los obispos ante la sede apostólica, a la que estaba reservada la última decisión. Algunos obispos herejes volvieron al seno de la Iglesia.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)