SAN JULIÁN DE
SORA
27 de enero
150 d.C.
De
origen délmata, fue arrestado en Agnani por ser cristiano,
durante el imperio de Antonino Pío, torturado y decapitado en
Sora, Frosinone. Según la leyenda fue conducido a
Atina, fue allí sometido por Flaviano, prefecto de la provincia
de Campania, a diversos tormentos. Mientras sufría la pena del
potro se desplomó el templo de Serapis, y cayó en pedazos
la estatua del dios. Acusado entonces de magia fue decapitado entre las
ruinas del mismo templo.
En el Martirologio de la Basílica
Vaticana, se considera que la sede del martirio fue Sora, y
añade que en esta ciudad se conservan manuscritos de las Actas del mártir. Las
reliquias del mártir fueron encontradas en el mismo lugar donde
se celebraba su memoria, en una antigua iglesia dedicada al santo en
Sora, como lo demuestra el proceso autentificado de su hallazgo
(1609-32), transmitida a la Congregación de Ritos el 15 de abril
de 1614; las reliquias actualmente se encuentran en la catedral de
Sora, donde son hasta ahora veneradas bajo el altar dedicado al Santo.