SAN JUAN
TEÓFANES VÉNARD
2 de febrero
1861 d.C.
Nació
en Saint-Loup-sur-Thuet, en la diócesis de Poitiers. A los 18
años ingresó en el seminario de Montmorillon, donde
estudió Filosofía y luego pasó al de Poitiers
donde estudió Teología. Con las ordenes menores
ingresó en el Instituto de Misiones Extranjeras de París;
fue ordenado sacerdote en 1851.
Desde Amberes
marchó para Tonkin y en 1852 llega a Singapur, donde
halló a varios seminaristas huidos de Tonkin y en cuyas familias
ya había habido mártires. De allí pasó a
Hong Kong aguardando la oportunidad de ingresar en Vietnam. En el 1854,
llegó al Vietnam a la zona de Cua Cam. El Vicario
Apostólico, monseñor Retord, lo mantuvo a su lado y que
se dedicara a aprender la lengua. Aunque la persecución ya
estaba en marcha por orden de emperador Tu Duc, como un misionero
curase al hijo del gobernador de Cua Cuam, en esta provincia, la orden
de persecución se mantuvo ralentizada. En un segundo edicto del
rey y antes de que el gobernador pudiera avisar a los misioneros, el
seminario estaba rodeado de soldados. El padre Vinh Trinh salió
para entretener a los soldados mientras que el obispo, Teófanes
y otros sacerdotes y seminaristas pudieron ponerse a salvo.
Estando en la
localidad de Kim Bang, en casa de una anciana, y con la misión
de que los apostatas cristianos volvieran a la fe católica, uno
de ellos lo entregó y junto con el catequista Luong fueron
conducidos a la prefectura de Phu Ly. Fue enviado al gobernador. De
camino pararon en Ke Voi y el alcalde, que era cristiano, le dio a luz
una carta del obispo coadjutor monseñor Theurel. Llegó a
Hanoi enjaulado, donde fue interrogado, y junto a su seminarista se
negaron a pisar la cruz, con lo cual fueron condenados a muerte.
La sentencia
debía ser ratificada por la corte de Hue. Mientras llegaba, fue
encerrado en una jaula, pero se le permitía salir, y
recibió un trato humano, así pudo relacionarse con otros
sacerdotes, recibir y dar los sacramentos y a través de una
mujer, los cristianos de Hanoi, pudieron recibir la comunión.
Mientras Teófanes se preparaba para el martirio concentrado en
la oración.
Cuando llegó la orden del martirio le permitieron recibir la
comunión, ponerse ropa nueva, y repartir sus pertenencia. Al
llevarle al suplicio le pusieron una cruz en el suelo, que el se
negó a pisarla, con lo que los soldados, lo obligaron y el no
pudo oponerse a causa de las cadenas. El verdugo que le iba a decapitar
le dijo que lo haría rápidamente si le daba dinero y
él le contestó: “Nada tengo, cumple tu deber”. Le
cortaron la cabeza, después de tres golpes, y con una espada
rota. Su cabeza estuvo expuesta tres días y luego arrojada al
río, que fue rescatada por los cristianos. Desde Tonkin
había escrito: "¡Valor en la vida! ¡Viva el
optimismo!". Santa Teresita del Niño Jesús estimaba las
cartas escritas por el mártir desde la cárcel que
decía: “Sus pensamientos son los míos; su alma se parece
en todo a mi alma”. Fue canonizado por San Juan Pablo II el 19 de
junio de 1988.
Página Principal
(Pbro. José Manuel Silva Moreno)