SAN JUAN RIGBY
21 de junio
1600 d.C.



   Nació en Harrock Hall (Inglaterra), en el seno de una familia católica. Se colocó como criado de una familia protestante, con la que iba a los servicios religiosos, temiendo de ser denunciado. Pero luego se arrepintió y se confesó con el jesuita John Gerard, y decidió dejar a esta familia. Se fue a servir a casa de una familia católica en Sawston Hall, cerca de Cambridge, pero esta familia fue acusada de no acudir a los servicios religiosos anglicanos, entonces Juan se presentó al juez para testificar que si no iban era porque tenían una hija enferma. Sospechando el juez que Juan era católico, le interrogó y descubrió su fe y entonces fue encarcelado en Newgate, y se le encadenó, a él le parecieron las cadenas más hermosas que las famosas cadenas del Lord Mayor, y le dio una propina al que lo había encadenado.

   En una nueva comparecencia ante los jueces afirmó su fe religiosa y su negativa a reconocer la supremacía religiosa de la reina, y no valieron ninguna amenaza para que dejara de seguir su conciencia. Fue condenado a morir ahorcado y descuartizado y recibió la sentencia con serena alegría por poder sufrir por Cristo. Su mansedumbre y bondad impactó al juez que decretó un receso de tres meses para cumplir la sentencia. Fue juzgado de nuevo y a pesar de prometerle la libertad, él siguió firme en su fe religiosa, incluso después de que el tribunal fuera testigo de como se cayeron las cadenas tres veces, a pesar de lo apretadas que estaban. Juan perdonó al juez y al jurado. “Esto es poco, dijo, comparado con lo que el Salvador sufrió por mi salvador”. Fue ahorcado y descuartizado en Southwark, y mientras lo liberaron de la cuerda, todavía vivo, antes de descuartizarlo dijo: “Dios os perdone. Señor Jesús, recibe mi espíritu”. Fue canonizado por SS. Pablo VI, con los «40 mártires de Inglaterra y Gales», el 25 de octubre de 1970.

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(Parroquia San Martín de Porres)