Natural
de Lyon; era canónigo de esta ciudad; después de una
peregrinación a Compostela ingresó en el monasterio de
Claraval durante el abadiato de san Bernardo. En el 1117, se le
envió a fundar el monasterio de Bonneval en el Loira, donde
demostró ser un abad excelente; en el 1141, fue elegido obispo
de Valence, pero tuvieron que llevarlo a la fuerza al altar para
recibir la ordenación porque se negaba a ella. Entre muchas
adversidades, trabajó con gran caridad en defensa de la justicia
a favor de los agricultores, de los pobres y mercaderes. Su
hagiógrafo anónimo resume en tres palabras su vida de
pastor: dar gloria a Dios, salvar su alma, cuidar su
rebaño.
Su
fecha de celebración en la diócesis de Valence y en la
tradición cúltica es el 26 de abril, aniversario de su
consagración episcopal. Fue sepultado en la catedral, y su tumba
se convirtió en meta de peregrinación, hasta que en 1562
la tumba y reliquias fueron profanadas por los hugonotes, y ya no han
quedado restos de ellas. Su culto fue confirmado el 9 de diciembre de
1903 por San Pío X.