SAN JUAN DE
JERUSALÉN
10 de enero
417 d.C.
Durante su pontificado
como Obispo de Jerusalén, la autoridad de Juan fue severamente
cuestionada en dos ocasiones por San Jerónimo, por entonces abad
en Belén. La primera amonestación de
Jerónimo tuvo lugar con motivo de la primera polémica con
los seguidores de Orígenes, tal y como se cuenta en el tratado
de Jerónimo dedicado a san Pammachio: "Contra Ioannes
Hierosolymitanum"(Contra Juan de Jerusalén), así como
en varias de sus cartas (51, 82 y 86). Jerónimo acusó a
Juan de apoyar las ideas de Orígenes. Juan ignoró las
acusaciones de seguir la herejía origenista y reafirmó su
fe en la Trinidad: sin embargo, según ciertos autores, es
probable que Juan creyeran en algunos elementos origenistas.
La causa de esta
crisis se produjo durante la visita de san Epifanio, Obispo de Salamina
en Chipre a Jerusalén en el año 394. San Epifanio
predicó en la Iglesia de la Resurrección y
pronunció un sermón contra el origenismo, que se
consideró que iba dirigido directamente contra Juan.
Después de muchos desencuentros, Epifanio aconsejo a
Jerónimo y a sus seguidores que se separaban del obispo Juan.
Actuando al margen de la autoridad del obispo de Jerusalén,
Epifanio ordenó sacerdote a Pauliniano (hermano de
Jerónimo). Epifanio trató de defender su irregularidad,
pero Juan apeló al Patriarca de Alejandría en busca de
apoyo para condenar a Jerónimo y sus seguidores como
cismáticos. El obispo Teófilo de Alejandría se
mostró partidario de Juan, pero la disputa se prolongó
durante cuatro años y tras algunos intentos de
reconciliación y la exhibición de gran pesar,
Jerónimo y sus seguidores fueron prácticamente
excomulgados, pero finalmente la disputa fue detenida, quizás
por Teófilo de Alejandría.
La disputa entre Juan
y Jerónimo se renovó después de que
Jerónimo criticara con dureza la recepción que
había recibido Juan por parte de cuatrocientos monjes
origenistas en Nitria, enviados a los desiertos egipcios por el obispo
Teófilo de Alejandría (cincuenta de estos monjes viajaron
a Constantinopla, donde fueron cordialmente recibidos por el Patriarca
y obispo san Juan Crisóstomo en el año 401). Juan de
Jerusalén apoyó a Juan Crisóstomo en su destierro
a partir de 404.
El segundo gran ataque
de Jerónimo contra Juan de Jerusalén tuvo lugar en el
año 414, y estaba motivado por la doctrina de Pelagio.
Jerónimo, apoyado por Paulo Orosio, un discípulo latino
de san Agustín de Hipona, criticó duramente al
diácono Pelagio, que ese año había visitado
Jerusalén y había sido recibido por Juan. Pelagio fue
condenado, aunque no de forma explícita por el sínodo
local de Diospolis en el año 415.
De acuerdo con
Gennadio de Massilia, un autor eclesiástico del siglo V Juan II
de Jerusalén "escribió un libro contra los que
abandonan sus estudios, en el que aprecia el genio de Orígenes
aunque no comparte su credo."
A su muerte Juan II de
Jerusalén recibió "Damnatio memoriae" por lo que en general sus
obras no se conservan bajo su autoría, pero aparte de "Mystagogical
Catecheses" es muy
probable que varias homilías en griego, georgiano o armenio
también sean obras suyas, como ocurrió a mediados del
siglo XX con las homilías de "El Festín de los
Ángeles" y
las de la "Dedicación de la Iglesia del Santo Sión".
La edición de
un lectionario litúrgico de Jerusalén, preservada en una
versión en antiguo armenio, también se atribuye a su
autoría. De acuerdo con M. van Esbrœck, Juan II de
Jerusalén mostró gran habilidad e inteligencia al
comprender y aceptar a la minoría cristiana de tradición
judía en Jerusalén. Uno de los actos que ratificaron la
reconciliación de las comunidades cristianas griegas y
judías fue la Consagración de la Iglesia del Santo
Sión (situada en el lugar donde según la tradición
se encontraba el Cenáculo de la Última Cena). en el
año 384. La homilía pronunciada por el obispo Juan se
conservó en un texto armenio.
Aparte de la
crítica de Jerónimo, existe una carta del Papa san
Inocencio I de Roma que censura a Juan por haber permitido que los
pelagianistas causaran disturbios en Belén y le ordena que sea
más cuidadoso con su diócesis en el futuro: esta carta
está fechada en torno al año 417, en que murieron tanto
Juan como Inocencio y es probable que el Obispo de Jerusalén
nunca llegara a recibirla. Aunque existen fuentes diversas, parece que
Juan de Jerusalén también fue acusado de arrianismo,
aunque la acusación parece un poco simplista y fuera de lugar y
es probable que actualmente carezcamos de la información
necesaria para comprender la situación episcopal en
Jerusalén a comienzos del siglo V. En el año 415, dos
años antes de su muerte, Juan probablemente participó de
forma directa en el descubrimiento (invención) de las
reliquias de san Esteban. A su muerte fue sucedido por el obispo
Praulio.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)