SAN JUAN DE EGIPTO
27 de marzo
394 d.C.
Nació
en Licópolis, (hoy Asiut), era carpintero. A la edad de 25
años decidió; abandonar el mundo y se puso bajo la
guía de un anciano anacoreta, quien durante diez años, lo
ejercitó en la obediencia y abnegación de sí
mismo. El santo obedeció con humildad y sin replicar, por
irracional que fuera la tarea que se le imponía, y
continuó con este ejercicio hasta la muerte del anciano.
Se retiró a
una cumbre de una escarpada colina, donde construyó tres celdas
contiguas. Ahí permaneció hasta el final de sus
días. Durante cinco días de la semana, hablaba con Dios,
pero los sábados y domingos, las personas podían
acercarse para oir sus instrucciones y consejos espirituales.
San Juan no
fundó ninguna congregación, pero se le considera como el
Padre de todos los ascetas, y cuando sus visitantes llegaron a ser tan
numerosos, fue necesario construir mas celdas para recibirlos.
Adquirió una reputación de santidad solo inferior a la de
San Antonio Abad. Se alimentaba solamente de frutos secos y verduras, y
no aceptaba ningún alimento cocinado. También fue
especialmente famoso por sus profecías, milagros, su poder de
leer los pensamientos y de descubrir los pecados secretos de aquellos
que lo visitaban.
Se dice que
profetizó sus victorias al emperador Teodosio. Aunque fue famoso
porque se dejó llevar por la tentación de la carne en su
soledad del desierto, y por ello hizo grandes penitencias. Se le
recuerda por su don de profecía y por ello se le llama "el
Profeta de la Tebaida". Fue consultado por emperadores. San
Jerónimo, san Agustín, Casiano o Paladio le admiraron
mucho. Falleció a la edad de 90 años, mientras estaba de
rodillas orando con el Padre Celestial.