SAN JUAN DE BREBEUF
16 de marzo
1649 d.C.
Nació en Condé-sur-Vire, Normandía. Ya con algunos
estudios ingresó en la Compañía de Jesús en
1617. Deseaba ser hermano coadjutor pero los superiores lo destinaron
al sacerdocio. Fue ordenado sacerdote jesuita en Rouen, y llegó
a ser profesor en el colegio que la Compañía tenía
en la ciudad y salió de Dieppe en 1625 y enviado al Quebec en el
mismo año, donde vivió todo un invierno con una tribu
algonquina para aprender su lengua y conocer las costumbres de los
indígenas de la región.
Era un hombre muy
grande y era difícil que cupiera en las canoas para viajar entre
los hurones, hasta que en 1626 pudo hacerlo y llegó a la aldea
hurona de Toanche, que comprendía 15 chozas; durante tres
años aprendió la lengua y costumbres (con otro
compañero llevó a cabo el descubrimiento de las cataratas
del Niágara). Recibió el nombre de: “Echon”.
Volvió a Quebec, asedidada por los ingleses. Caída la
ciudad, se vio obligado a volver a Francia con los demás
compatriotas. En 1628 volvía a Québec llamado por la
obediencia y tras la capitulación de los franceses al mando de
Champlain vuelve a Francia. Pero la paz de Saint-GermaIn de 1633 le
permite volver con los hurones.
Durante 34 años
trabajó entre los indios hurones y en 1637, tuvo el primer
bautismo de adultos: Pedro de Tsiouendaentaha, a los dos día
otra familia pidió el bautismo. Su trabajo halló muchas
dificultades, su vida llegó a estar en peligro, pero la
misión de Ossossane, fundada por el P. Brebeuf, florecía
en conversiones. No obstante, el misionero sólo deseaba ser
sustituido como director de la misma, lo que consiguió en 1638,
quedando él bajo obediencia al nuevo superior. Con la llegada de
cinco jesuitas, entre ellos Isaac Yogues, la aldea sufrió una
epidemia de viruela. Tras romperse una clavícula marcha a
Québec para reponerse y con el encargo de procurador de la
Misión. Vuelve a ella en 1644, pero al poco tiempo es puesto al
frente de la Misión de San Ignacio, que comprendía,
además, la aldea de San Luis.
En 1649, mientras
estaba en la lejana misión, fue sorprendido por la llegada de
los iroqueses (aliados de los ingleses) -éstos lograron
exterminar en una guerra de casi 20 años a la etnia de los
hurones-. Aquí se encontraba con el P. Lalemant y llevado con
los demás a la misión de San Ignacio, donde
después de diversas torturas (con parodias del bautismo que
había administrado a algunos), murió de un golpe de
cuchillo que le arrancó el corazón (para comérselo
al objeto de obtener su fuerza vital). Durante el martirio el sacerdote
perdonaba a sus verdugos, y con esta oración murió.
Era el 16 de marzo de 1649. Fue
canonizado el 29 de Junio de 1930 por Pío XI, y su memoria
litúrgica se celebra, junto con los otros mártires de la
evangelización del Canadá, el 19 de octubre.