SAN JUAN DE BEVERLEY
7 de mayo
721 d.C.
Nació
en Harpham en Yorkshire. Estudió en Canterbury cuando fueron
obispos San Adrián de Canterbury y san Teodoro de Tarso. De
vuelta a su país, ingresó como monje en el monasterio de
Whitby, bajo la dirección de su abad Gildas. Fue ordenado obispo
de Hexham, al inicio del reinado del rey Alfredo. El tiempo que le
quedaba libre de sus funciones lo dedicaba a la oración y a la
contemplación, retirándose a la iglesia de San Miguel.
Acostumbraba a llevar con él a algún pobre a quien servir
durante el tiempo de Cuaresma. En su afán de caridad,
llegó, para sanar a un sordomudo, a descubrir un modo de
paciente vocalización.
Al
morir el obispo de York, fue nombrado como metropolitano de la ciudad.
San Beda el Venerable, que recibió de él el diaconado y
el sacerdocio, dio amplios testimonios de su santidad y de su fama de
taumaturgo. Es el fundador de la abadía de Beverley, de acuerdo
con las costumbres del tiempo, la erigió para el uso de los dos
sexos y la puso bajo el gobierno de su discípulo san Brithun.
Cuando se sintió debilitado por la edad, renunció a su
obispado en beneficio de su capellán, san Wilfrido el Joven, y
habiéndolo ordenado obispo de York, se retiró a Beverley,
donde pasó los últimos años de su vida, realizando
puntualmente todos los deberes monásticos. La abadía
sería destruida en el 721 por los daneses, aunque sobre sus
ruinas se fundó una iglesia colegiata de canónigos.