SAN JUAN BAUTISTA DE
ROSSI
23 de mayo
1764 d.C.
Natural de
Voltaggio cerca de Génova. Una dama de la alta sociedad lo
tomó bajo su protección y se encargó de su
educación. Estudió en el Colegio Romano de los jesuitas,
pero puso tanto empeño en el estudio que no guardó la
prudencia necesaria, llegando a enfermarse de tal manera que tuvo que
abandonarlos. Este hecho le hizo reflexionar que el orgullo anidaba en
su corazón cuando estudiaba.
Fue miembro de la Congregación apostólica,
instituida por el Padre Pompeo Benedetti, y cumplió con los
compromisos de la misma: obras de religión y caridad, visita a
enfermos, oración mental, fomento de la caridad fraterna.
Participó en las catequesis que se daban a los niños del
pueblo en la iglesia de San Ignacio. Aprendió con los jesuitas
la devoción al Sagrado Corazón. Para el estudio de la
Teología se inscribió en La Minerva. Fue ordenado
sacerdote en 1721 y prometió no desatender jamás la
suerte de los pobres y especialmente de los niños sin recursos.
Hizo voto privado, que no pudo cumplir por obediencia, de no aceptar
prebenda eclesiástica.
Se entregó en hacer bien su oficio de sacerdote, sin grandes
manifestaciones, todo llevado en el silencio e incluso en el anonimato,
con una gran devoción a María. Fue sacerdote de los
pobres, un apóstol de Roma, consagrándose a la juventud
abandonada y a todo el que necesitase la manifestación del amor
de Dios. Aunque no ingresó en el Oratorio, su modelo de vida
sacerdotal fue san Felipe Neri, que era coetáneo suyo. En 1731
fundó un hospicio para mujeres abandonadas.
En 1737 murió su tío Lorenzo,
canónigo de la iglesia de Santa María in Cosmedin en Roma
y el papa Clemente XII le ofreció la canongía vacante,
Juan Bautista alegó que había hecho voto de no aceptar
prebenda alguna, y el papa le dispensó y tuvo que aceptar por
obediencia, aunque siguió con sus obras de caridad y de entrega
a los demás, especialmente a los enfermos de tuberculosis, que
en aquella época era rechazados por temor al contagio. A causa
de su dedicación se le conocía como “el confesor de los
tísicos”. Murió en Roma y está enterrado en la
iglesia de la Trinidad de los Peregrinos. Fue canonizado el 8 de
diciembre de 1881 por el Papa León XIII.