SAN JOVENCIO DE
PAVÍA
8 de febrero
397 d.C.
Obispo
de Pavía. La tradición afirma que san Hermágoras,
obispo de Aquileya, discípulo de san Marcos, envió a san
Siro y Juvencio a evangelizar Pavía (Ticinum) y que el segundo
fue el primer obispo de la ciudad.
Pero realmente
desarrolló su ministerio pastoral de obispo en la ciudad de
Pavía, entre el 381 y el 397, y se cuenta entre los obispos que
fueron nombrados por san Ambrosio de Milán, de cuya sede
metropolitana dependía la de Pavía. En el año 381
estuvo presente en el sínodo de Aquilea, y en el 390 en el de
Milán; el primer nombre escrito en la carta sinodal de este
último al papa Siricio es el suyo; esta carta condenaba los
errores de Joviniano, según los cuales para la salvación
serían suficientes el bautismo y la fe, no contando en absoluto
el valor de las obras.
San Ambrosio cita a
san Juvencio en su obra “De oficiis” como valiente protagonista
de una intervención en favor de una viuda para reivindicar unos
bienes que le pertenecíam. El santo murió probablemente
en febrero del 397, algunos meses antes que san Ambrosio. Fue sepultado
en la iglesia de los santos Nazario y Celso, que por el culto dado con
el tiempo al santo fue intitulada de San Evencio.
Su cuerpo se perdió durante algunos siglos, pero gracias a la
inscripción en una lápida fue encontrado nuevamente en el
1574. En 1789, a causa del derribo de la iglesia, sus reliquias fueron
trasladadas a la del Gesú, dentro mismo de Pavía. El Martirologio Romano anterior lo
inscribía dos veces: esta misma fecha del 8 de febrero, y el 12
de septiembre, por confusión con otro Evencio, compañero
de san Siro. La nueva edición del Martirologio reorganizó estas
memorias.