Nació
en Korczyna (Polonia). Ya de estudiante tomó la decisión
de entregar su vida al servicio de Dios, como lo expresa en su diario:
"Los ideales de la tierra palidecen, el ideal de la vida lo veo en el
sacrificio y el ideal del sacrificio en el sacerdocio". Al terminar el
sexto curso, entró al Seminario Menor y en el año 1860
empezó los estudios de Teología en el Seminario Mayor de
Przemysl. Miembro de la Tercera Orden de San Francisco.
Fue ordenado
sacerdote en Przemysl en 1854. Primero fue enviado a Sambor como
sacerdote, pero luego marchó a Roma, para doctorarse en
Teología y Derecho canónico. Interesado en los estudios
ascéticos, comenzó a escribir la que sería su
famosa obra: "La Vida Espiritual".
De regreso a
Polonia fue director espiritual en el seminario diocesano y luego
catedrático en la Universidad Jagellónica, de la que fue
rector, mientras realizaba una intensa labor apostólica dirigida
fundamentalmente en incrementar la devoción a la
eucaristía y a María. Como reconocimiento a sus valores,
le confiaron la dignidad de Rector del Almae Matris de Cracovia
(1882-1883).
Deseando realizar
el ideal de "sacerdote y polaco, que trabaja con devoción por su
pueblo", el sacerdote Pelczar no limitaba su actividad al campo de la
ciencia, sino también al trabajo social y caritativo. Fue
miembro activo de la Asociación de san Vicente de Paúl y
de la Asociación de la Educación Popular. Durante los 16
años que fue presidente de la Asociación de la
Educación popular, fundó numerosas salas de lectura y
bibliotecas. Esta Asociación promovió numerosas charlas
gratis, editó y distribuyó entre el pueblo más de
cien mil libros y abrió una escuela para las empleadas del
servicio doméstico. En 1891, por iniciativa suya, se creó
"La Fraternidad de la Inmaculada Virgen María, Reina de
Polonia", que además de los fines religiosos tenía una
dimensión social: se ocupaba de la protección de los
artesanos, de los pobres, de los huérfanos y empleadas del
servicio doméstico (de las empleadas enfermas y las que no
tenían trabajo).
Como respuesta
pastorales a las necesidades de su tiempo, fundó en 1894 en
Cracovia, la Congregación de las Esclavas del Sagrado
Corazón de Jesús, con el objetivo de propagar la
devoción al Sagrado Corazón, educar a los niños y
atender a los enfermos.
Obispo de Przemysl
en 1899, sede en la que estuvo 25 años. Su episcopado estuvo
marcado por una vida ejemplar dedicado a la reforma espiritual en todos
los ámbitos de su diócesis. A pesar de su debilitada
salud, Mons. Pelczar seguía desempeñando actividades
religiosas y sociales. Para animar a los fieles a mantener y renovar la
fe, visitaba frecuentemente las parroquias, se preocupaba además
por la dimensión moral e intelectual del clero, dando a la vez
ejemplo de una profunda piedad que se expresaba en la devoción
al Sagrado Corazón de Jesús y a la Madre de Dios.
Tenía gran devoción al Santísimo Sacramento e
invitaba a los fieles a participar en las celebraciones
eucarísticas. Gracias a sus diligencias, aumentó el
número de nuevas iglesias y capillas, también fueron
restaurados muchos templos. No obstante las difíciles
circunstancias políticas, realizó tres sínodos
diocesanos, organizando en unas normas legislativas diferentes
iniciativas, dándoles mayor apoyo y asegurando su estabilidad.
El obispo
José Sebastián conocía las necesidades de sus
fieles y rodeaba de cuidados a los más pobres de su
diócesis. Las guarderías para los niños, los
comedores populares para los pobres, los refugios para los que no
tenían casa, la preparación en las labores
domésticas para las jóvenes, las becas para los
seminaristas sin recursos económicos, son algunas de las obras
existentes debidas a su iniciativa. Se compadecía de las
injusticias sufridas por los trabajadores, y se dedicó con
empeño por solucionar algunos problemas de su tiempo como la
emigración y el alcoholismo. En sus cartas pastorales, en los
artículos publicados y en otros escritos subrayaba la necesidad
de respetar estrictamente la enseñanza social del papa
León XIII.
Dotado copiosamente
por Dios, no desperdiciaba los talentos recibidos sino que los
desarrollaba y multiplicaba. Una de las pruebas de su increíble
laboriosidad son sus numerosos escritos que contienen obras
teológicas, históricas, libros sobre la ley
canónica, manuales, devocionarios, cartas pastorales, charlas y
homilías.
Monseñor
Pelczar murio en su diócesis. Quedó en la memoria de la
gente como hombre de Dios que, a pesar de los tiempos difíciles
que le tocó vivir, cumplió siempre su voluntad. Fue
canonizado por SS Juan Pablo II el 18 de mayo de 2003 en la
Basílica vaticana. En Cracovia san José Sebastián
es venerado, de modo especial, en la iglesia de las Siervas del Sagrado
Corazón de Jesús, donde se encuentra la capilla a
él dedicada; sus reliquias se encuentran en la catedral de
Przemysl. La veneración litúrgica local se realiza el
día 19 de enero.