SAN JOSÉ
MARÍA TOMASI
1 de enero
1713 d.C.
Nació en Licata (Sicilia), en el seno de la familia del
príncipe de Lampedusa, duque de Palma de Montechiaro. Sus padres
cuidaron con esmero su formación cristiana y su
instrucción en las lenguas clésicas y modernas,
especialmente en lengua española, en cuanto destinado por la
familia a la corte de Madrid, debiendo heredar de su padre, por
títulos nobiliarios, la dignidad de Grande de España.
Renunció a
todos sus títulos, con 16 años, para ingresar en 1666, en
la Orden de Clérigos Regulares Teatinos del convento de San
José de Palermo. Fue un hombre prudente, humilde sobre todo
dotado de una gran inteligencia y dotes para el estudio; estudio
Filosofía en Mesina, Ferrara, Bolonia y Módena, la
teología la estudió en Roma en la casa de Sant’Andrea
della Valle. En Roma fue ordenado sacerdote en la basílica de
San Juan de Letrán en 1673. Se expecializó en liturgia y
en exégesis, y escribió varios libros: "Codices
Sacramentorum nongentis annis", los "Antifonarios" y "Responsoriales" de la Iglesia Romana y
otros escritos, de manera que lo llamaban “Príncipe de los
liturgistas romanos” y “Doctor Liturgicus”. Pasó casi toda su
vida en la casa de San Silvestre al Quirinal, donde se dedicó
con fecunda piedad al ejercicio de la humildad y perseverante en las
virtudes y en el estudio.
Fue llamado por los
Papas a Roma y allí desempeñó varios cargos (a los
que siempre se opuso): consultor de su Congregación;
teólogo de la Congregación de Ritos, de la Indulgencias,
del Santo Oficio. La reina Cristina de Suecia lo quiso entre los
miembros que ornaban su círculo de doctos. Fue miembro de la
Academia Romana de la Arcadia. El docto rabino de la sinagoga de Roma,
Moisés Cave, fue convertido al catolicismo por el padre Tomasi,
discípulo suyo en la lengua hebrea. Fue el confesor del cardenal
Albani y cuando éste fue elegido Pontífice (Clemente XI),
ordenó al Papa aceptar el cargo si no quería cometer
pecado mortal; el Papa se vengó nombréndole cardenal del
Título de los Santos Silvestre y Martín al Monti en 1712.
Tenía el hábito enseñar el catecismo a los
niños de su iglesia titular.
Se le considera uno de
los precursores del concilio Vaticano II, porque algunas de sus normas
fueron propuestas por él como: la forma actual de la Liturgia de
las Horas para la celebración del Oficio Divino; la
distinción y el uso del Misal y del Leccionario en la celebración
Eucaristía; varías normas contenidas en el Pontifical y en Ritual Romano.
A
pesar de su fama de docto, siempre destacó por su humildad, que
le llevó a escribir algunos de sus libros bajo
pseudónimo. Fue un gran devoto de María y se
distinguió por su ayuda a los pobres y enfermos. Murió de
una pulmonía en su residencia del palacio Passarini. Sus restos
reposan en la basílica de Sant’Adrea de la Valle de
Roma. Fue canonizado por San Juan Pablo II, el 12 de octubre de
1986.