SAN JOSÉ "EL
HIMNÓGRAFO"
3 de abril
886 d.C.
Nació en
Sicilia. Por causa de la invasión sarracena, huyó con su
familia a Tesalónica. Ingresó como monje en el monasterio
de Latoma en Tesalónica. Fue ordenado sacerdote en el 840. Se
dice que en el monasterio se dedicó a la profesión de
calígrafo. Su maestro espiritual fue san Gregorio el Decapolita,
con el que parece, se trasladó a Contantinopla. Allí
tomó parte en las disputas sobre la iconoclastia y se
estableció en la iglesia de San Antipas, centro del culto de las
imágenes. En el 841, marchó a Roma para convencer al papa
Gregorio IV para que interviniera en defensa de la ortodoxia. Pero la
nave en la que viajaba fue asaltada por los piratas sarracenos y
José fue encerrado en las prisiones de la isla de Creta. Fue
liberado hacia el 842, tras la muerte del emperador Teófilo,
cuyo fin le fue anunciado por una aparición de san
Nicolás de Bari.
A su regreso a
Constantinopla, se estableció con su discípulo, Juan, en
la iglesia de San Juan Crisóstomo. Su fama de hombre culto y de
virtud probada atrajeron a muchos alumnos, y fundó cercano a la
iglesia un monasterio, donde hizo que se trasladasen los cuerpos de san
Gregorio y de su discípulo Juan y donde instituyó un
escritorio de copistas y una escuela de himnografía y
música sacra. Con sus monjes edificó un templo dedicado a
san Bartolomé apóstol. Cuando en el 858, el patriarca san
Ignacio, su amigo, fue depuesto por el curopalato Bardas,
también José fue exiliado a Cherson en Crimea y
allí permaneció hasta que san Ignacio fue reintegrado a
su diócesis por el emperador Basilio I. José fue nombrado
“skevophylax”, cargo que ejerció hasta su muerte. Es uno
de los grandes poetas e himnógrafos de la iglesia bizantina.
Acabó su vida dedicado a la custodia de los bienes sacros de la
Iglesia y defendiendo la disciplina eclesiástica.
Escribió odas, cánones, dedicados a diferentes santos a
celebrar en las más importantes fiestas del tiempo
litúrgico, que todavía hoy son utilizados en las
oraciones oficiales de la Iglesia ortodoxa. Algunos autores lo han
confundido con San José de Tesalónica.