SAN JOSÉ DE
ANCHIETA
8 de junio
1597 d.C.
Nació en San Cristóbal de La Laguna (Tenerife), en el
seno de una familia burguesa. Sus primeros estudios los realizó
con los dominicos de La Laguna, después su padre lo envió
a estudiar al Colegio Real de Artes de Coimbra, Portugal, donde
terminó sus estudios. En 1551 ingresó en los jesuitas en
Coimbra, porque era de origen judío y quería marcharse
como misionero a América; durante el noviciado le cayó
una escalera encima que le afectó la columna vertebral con
dolores constantes. Hizo los votos en 1553 y una semana después
pasó con las naves portuguesas al Brasil, donde fundó la
ciudad de Sâo Paulo, donde permaneció diez años,
como catequista y profesor de latín y evangelizó el
país a pie, convirtiendo a muchos indios, y sobre todo
hugonotes.
Aprendió la lengua de los indígenas. En una
ocasión para lograr la pacificación entre los colonos
portugueses y los indígenas tamoyos, se quedó como
rehén, y como los indios querían darle una mujer,
Anchieta ante la apurada situación hizo a María el voto
de escribirle un poema, si conseguía ser fiel a la castidad y
así nació "Cántico de la bienaventurada Virgen
María, Madre de Dios", escrito en latín y es el primer
escrito realizado en Brasil. En 1565, el provincial lo envió
como traductor de misionero, y así pudo asistir a la
fundación de Río de Janeiro, donde edificó un
colegio y un hospital. Luego marchó a Bahía para buscar
refuerzos para combatir a los colonos franceses. Allí pudo
terminar sus estudios teológicos y fue ordenado sacerdote. Con
32 años fue nombrado rector del colegio de Sâo Paulo.
Redactó un léxico de lengua maromini; escribió
autos sacramentales, obras de teatro y cantigas de catequesis y
empezando una "Historia de los jesuitas en Brasil".
En 1576 fue nombrado provincial del Brasil, y como tal
realizó una gran labor visitando a los misioneros jesuitas
personalmente; fundó los colegios de San Salvador de Río
de Janeiro y San Pablo de Olinda, y envió misioneros a las
reducciones del Paraguay. Después de 10 años en el cargo,
fue nombrado superior de la residencia costera de Vitoria.
Entre los miles de casos ayudados por el P. José de
Anchieta figura uno en el cual debemos detenernos. Se trata de la
ejecución de Juan Bolés, soldado francés hugonote,
condenado a muerte, por sus muchos crímenes contra los
campesinos portugueses tuvo que sufrir el error del verdugo a la hora
de ahorcarlo: la cuerda se rompió por tres veces, los
sufrimientos fueron espantosos, el padre José estaba presente y
temió que la desesperación le hiciera abjurar de su fe
recién adquirida, se adelantó y con sus propias manos, le
puso una nueva cuerda al cuello y murió. La
intervención del P. José de Anchieta en el caso de Juan
Bolés debió ser estudiada profundamente por la Sagrada
Congregación para las Causas de los Santos. Ha quedado probado,
hasta la saciedad, que la intervención del P. José de
Anchieta se redujo a conseguir el aplazamiento de la sentencia y poder
así obtener de Juan Bolés su vuelta a Dios y ayudarlo a
bien morir. La Iglesia no tenía, entonces, otro poder ante la
autoridad civil.
Este hecho hizo que su beatificación se retrasase
durante varios siglos: un clérigo no puede mezclarse en delitos
de sangre. Pero sus virtudes fueron tantas y el momento
histórico en el que vivió tan distinto que el Papa Juan
Pablo II no dudó en agilizar su proceso. Murió en
Vitoria, o Retibiba (Brasil). Fue canonizado el 3 de abril
de 2014 por SS Francisco por medio de la canonización
equivalente. Es el apóstol del Brasil.