SAN JERÓNIMO LU
TINGMEI
28 de enero
1858 d.C.
El 28 de enero del año 1858 tuvo lugar en Mao-Kou,
población de la
provincia china de Kouy-Tcheou, el martirio de estos tres santos, bajo
la dominación del emperador Tu-Duc.
Desde 1852 había una misión cristiana en aquella
población, en la que
hubo muchos frutos. La comunidad pensó que le era necesaria una
iglesia
y que lo mejor era construirla en el mismo poblado, no en las afueras.
El promotor de la idea era el catequista Jerónimo Lou. Pero
apenas
había sido puesta la primera piedra cuando un tío y un
primo de
Jerónimo que veían con malos ojos el crecimiento del
cristianismo
acudieron al mandarín Tay-Lou-Iche en queja.
La denuncia iba contra Jerónimo y también contra el otro
catequista del
poblado, Lorenzo Wang. El mandarín mandó comparecer a
ambos y les pidió
que renunciaran a la fe cristiana. Ambos respondieron que no pensaban
apostatar. El mandarín entonces los despidió. Pero a la
mañana
siguiente los volvió a llamar y junto con ellos hizo
también comparecer
a la cristiana Águeda Lin Zhao, y a los tres les intimó a
renunciar a
la religión. Como se negaran a hacerlo, el mandarín los
condenó a
muerte y mandó que fueran decapitados.
Son conocidos como los mártires de Mao-Kou. Fueron canonizados
con los
demás mártires chinos el 1 de octubre del año 2000
por el Papa Juan
Pablo II.
Nacido en MaoKou en China, en el seno de una
familia pagana. Era maestro de escuela. Su conversión al
cristianismo se produjo por la lectura de un catecismo que casualmente
llegó a sus manos. Bautizado junto a su familia, trabajó
como catequista indígena, logrando que se hiciera en su pueblo
una iglesia. Realizó una magnífica labor misionera
recorriendo entre 1853 y 1856 los pueblos de la región de
Kouy-Yang, logrando hacer doscientas conversiones, y facilitando la
llegada del misionero san Augusto Chapdelaine. En 1856 volvió a
su pueblo, donde ejercía como catequista de la comunidad
cristiana.
Su detención se produjo por la
delación de un familiar suyo. Recitó al mandarín
de MaoKou, los 10 mandamientos y lo quiso convencer de que el
cristianismo estaba totalmente de acuerdo con la sabiduría
china. Fue decapitado en su ciudad natal.