SAN JAIME KUSHEY
GOROBIOYE TOMONAGA
1633 d.C.
17 de agosto
En Nagasaki
en Japón, santos mártires Jaime Kushey Gorobioye
Tomonagua, sacerdote de la Orden de Predicadores, y Miguel Kurobjioye,
condenados a muerte por Cristo bajo el comandante supremo Tokugawa
Yemitsu.
Jaime nació en Japón, residía en
Filipinas. Un día de 1624 llamó a las puertas del
convento de Santo Domingo de Manila y fue recibido por el veterano
misionero del Japón, padre Juan de los Ángeles Rueda.
Solicitó ser dominico para predicar el evangelio en su
país, ese mismo año recibió el hábito.
Había estudiado en el colegio de los jesuitas de Nagasaki y
ejercido la catequesis. Estaba en Manila porque había sido
exiliado por ser cristiano.
A partir de su ordenación sacerdotal en 1626, trabajó en
la isla de Formosa y, en 1632, tras un viaje de cinco meses de
contratiempos y peligros, llegó al Japón.
Vestido de japonés y armado de una catana, fue en
busca del padre san Domingo Ibáñez. Sólo pudo
ejercer el ministerio durante un año, pues en julio de 1633 fue
apresado y encarcelado en la cárcel de Ômura. Desde
aquí fue llevado por las calles de Nagasaki hasta la colina,
teniendo por compañero a un misionero agustino, al catequista
Miguel Kurobjioye y nueve cristianos japoneses. Fue puesto en la horca
y murió después de cincuenta horas de tormento en que no
dejó de alabar a Dios. Su cuerpo fue pasto de las llamas.