SAN IVO DE CHARTRES
23 de diciembre
1116 d.C.
Nació en las cercanías de Beauvais, en el seno de una
familia acomodada. Estudió en París y luego en la
abadía de Le Bec, donde tuvo como maestro a san Lanfranco de
Canterbury y como compañero de estudios a san Anselmo de Aosta.
Ingresó como canónigo en Nesles en 1702 o 1078.
Abad de los
Canónigos regulares de Letrán en el monasterio de
Saint-Quentin en Beauvais. En el 1091, fue elegido obispo de Chartres
por el clero y por el pueblo. A pesar de que recibió la
investidura del rey Felipe I, y el reconocimiento del papa san Urbano
II, su elección no estuvo libre de tensiones, por su antecesor,
depuesto por simonía.
Fue conocido por su conocimiento del Derecho canónico, objeto de
muchas de sus obras (“Sermones”), y en este campo el rey Felipe
de Francia buscó su ayuda para resolver problemas
difíciles. Luchó contra el poder de los príncipes
en el caso de las investiduras y contra Felipe I, porque en 1092, el
rey había repudiado a su mujer, Berta de Frisia, para unirse con
la mujer de un conde; Ivo se opuso a este matrimonio, y por ello fue
encarcelado durante varios meses en el castillo de Puiset. Fue liberado
por la intervención del Papa, pero Ivo perseveró en su
oposición, acudiendo a Roma en 1094, incluso después de
la muerte de Berta, siguió en su negativa de reconocer el
matrimonio. El rey fue excomulgado en el concilio de Autun en 1094. Ivo
aprovechó para interceder por el rey, y así logró
un acercamiento entre la monarquía francesa y el papado.
Aprovechó toda su vida para el saber teológico y
canónico, para la conciliación y la pureza cristianas. En
sus últimos años tuvo que mantener una contienda con su
capítulo, hostil a sus ideas de reforma, y no logró
ponerla en marcha, hasta que el Papa le prestó su apoyo.