SAN IRENEO DE LYON
(Doctor de la Iglesia)
28 de junio
200 d.C.
Natural de
Esmirnia. Fue discípulo de san Policarpo de Esmirna y de san
Papías, discípulos de san Juan Evangelista. De la Galia
meridional (a donde había emigrado) visitó Roma, donde
entró en contacto con san Justino “el Filósofo”,
relación que le permitió recoger una amplia
documentación sobre las herejías dominantes,
especialmente la gnosis (o conocimiento superior sobre Dios y el
universo, basada en la creencia de la emanación de seres
intermediarios (eones)).
El Papa San Ceferino lo envió a evangelizar Lyon;
en el año 177 fue testigo de los martirios decretados por Marco
Aurelio. El obispo san Potino, lo ordenó sacerdote en Lyon. Los
confesores de la fe estaban impresionados por las desconcertantes
profecías de los montanistas procedentes de Frigia, juzgadas
severamente por el pontífice san Eleuterio (declaraban inminente
la venida de Cristo con sus ángeles). Ireneo, fue enviado ante
san Eleuterio como embajador de paz entre las Iglesias. Después
de la muerte del obispo de Lyon, san Potino, fue elegido para sucederle
(177 o 178) y enviado para luchar contra el racionalismo
gnóstico. Algunos historiadores creen que Ireneo era obispo de
Vienne cuando ocupó el cargo de la diócesis de Lyon y que
unió la de Vienne a la de Lyon.
Es dudosa la tradición que le supone mártir,
pero está atestiguada la delicadeza y el tacto de sus afanes por
la unidad y el bien de las almas: medió ante el papa san
Víctor I, que se disponía a excomulgar a los orientales
por celebrar la Pascua en la misma fecha que los judíos, y
recomendó someterse a la costumbre romana, pero usando
procedimientos de persuasión y concordia. El pontífice
atendió a su ruego, y el obispo lionés resolvió
así una cuestión de disciplina sin olvidar los principios
pero dando prioridad a la solución fraterna para con todos.
Es el primer gran escritor de la Iglesia de Occidente: su
obra contra el agnosticismo es testimonio de la tradición
apostólica. Escribió un tratado "Adversus haereses".
También escribió "Demostración de la
enseñanza apostólica (Epideixis)". Sus escritos
teológicos enfatizan la importancia de los dos Testamentos, la
unidad de los Evangelios y la idea de la recapitulación de
nuestra naturaleza humana en la naturaleza de Cristo y la
primacía del Obispo de Roma, así como es considerado el
primer teólogo mariológico. Inventó un criptograma
llamado el “cuadro mágico”, en el cual, los fieles iniciados
encontraban el signo de la cruz. Escribió: "es mejor y
más útil ser simples y poco instruidos y mantenerse cerca
de Dios con la caridad que parecer sabios y hábiles y blasfemar
al propio maestro" y "La gloria de Dios consiste en que el hombre viva,
y la vida del hombre consiste en la visión de Dios". Fue
decapitado y parece que fue enterrado entre los mártires: santos
Alejandro y Epipodio. Patrón de la diócesis de Lyon.