SAN HUGO DE LINCOLN
17 de noviembre
1200 d.C.
Nació en Avalon en Dauphiné, Borgoña, en el seno
de una noble familia; fue educado en el convento de canónigos
regulares agustinos de Villarbenoît, donde se hizo monje a los 8
años. A los 25 años se hizo cartujo en la Gran Cartuja,
donde fue un monje ejemplar y fue nombrado procurador general del
monasterio. En el 1175, fue enviado por el rey Enrique II a fundar la
primera cartuja inglesa en Witham, Somerset, lo que hizo a pesar de los
obstáculos.
En el 1118, fue elegido obispo de Lincoln, a pesar de su rechazo,
y que rigió con sabiduría y celo; la actual catedral se
inició durante su episcopado. Se dedicó a la
atención de los pobres y a restaurar la disciplina entre el
clero. Tuvo una gran relación con los reyes Ricardo I y Juan,
que lo envió como embajador a Francia para pactar la paz entre
las dos coronas; con el rey Ricardo I Corazón de León
tuvo una larga disputa sobre la inmunidad de su sede y de sus
canónigos, y por tanto, se le considera defensor de las
libertades eclesiásticas. Fue nombrado juez delegado por tres
papas sucesivos y fue conocido por su alto sentido de la justicia.
Arriesgó su vida para salvar de la muerte a los judíos.
Tuvo una gran pasión por las reliquias de los santos y en
algún caso parece que se sobrelimitó para conseguir una
reliquia de María Magdalena. Murió en Londres con 60
años, a causa de sus profundas penitencias, y después de
un viaje a Francia y fue llorado por todos, sobre todo por los
judíos, de quiénes siempre fue amigo y defensor: en su
solemne funeral, el rey de Inglaterra y Escocia llevó su
féretro. Sus restos fueron dispersados durante la reforma
anglicana. Honorio III canonizó a san Hugo el 18 de febrero
de 1220. Patrón de Lincoln.