SAN HOSPICIO DE NIZA
21 de mayo
580 d.C.
Natural de Egipto. Eremita junto a Villefrance, Niza. Según un
hagiógrafo: "Era un eremita vestido de áspero cilicio,
rodeado de cadenas de hierro y atado a una de ellas dentro de una
torre, comiendo sólo un poco de pan con dátiles y algunas
raíces de hierbas, y bebiendo sólo agua". Predijo la
invasión de los lombardos pues tenían a Dios muy enojado
con su “infidelidad, poca reverencia a los templos, poco amor a los
pobres y otros infinitos vicios”. Convirtió a muchos. Estuvo
siempre atado a unas cadenas en el interior de una torre en Niza.
Se cuenta que cuando llegaron los lombardos, lo encontraron viejo y
atado a su cadena, creyeron que era un criminal, y él no lo
negó, entonces allí mismo quisieron matarlo, y al
levantar la espada, el brazo de su ejecutor quedó paralizado,
comprendiendo los lombardos que en aquel hombre había algo
sobrenatural, su verdugo, se convirtió permaneciendo el resto de
su vida junto a él. San Gregorio de Tours resaltó de
él su austeridad de vida, el espíritu profético y
el don de milagros. Su sepulcro se convirtió en meta de
peregrinaciones. Es muy venerado en la diócesis de Niza. La
Catedral posee como reliquia un pequeño hueso de su mano; otras
reliquias están en Viilefranche, La Turbie y Cap-Ferrat.