SAN HILARIO DE POITIERS
(Doctor de la Iglesia)
13 de enero
368 d.C.
Profesor y padre de
familia en Pictavium (Poitiers). Procedía de una distinguida
familia pagana. Se convirtió cuando tenía 35 años,
gracias a la lectura del Evangelio de san Juan, allí
descubrió el destino del hombre y sus relaciones con el Creador.
El misterio de la Encarnación del Verbo le deslumbró: "Si
la vida presente no se nos ha dado para avanzar hacia la eternidad, no
hay que considerarla como un beneficio". En el 354, se hizo bautizar
con su esposa y su hija. Con él, su esposa y su hija se
entregaron a la vida religiosa; Hilario fue ordenado sacerdote. Su
esposa, se propuso no mirarle sino era cuando celebraba la
Eucaristía, y su gesto fue imitado en la primitiva Iglesia; su
hija santa Abra, alcanzará más tarde la santidad.
En el año 354,
fue nombrado obispo de Poitiers, por aclamación popular y desde
entonces, de acuerdo con su esposa, se comprometió a guardar
castidad perfecta, y se convirtió en un pastor de una firmeza y
constancia tales que se le llama "el Atanasio de Occidente". Apenas
terminada las persecuciones, tuvo que enfrentarse a la herejía
arriana que en el sínodo de Milán (355), convocado por el
emperador Constantino II, el mismo emperador se decantó por el
arrianismo. En el 356 asistió al concilio de Bézieres,
donde los obispos, cediendo a las presiones de Constantino II y de los
corifeos arrianos de occidente, confirmaron la condenación de
san Atanasio de Alejandría. Hilario se negó a la condena,
y esto le llevó a que fuera depuesto y desterrado a Frigia,
durante cuatro años, donde escribió "De
Trinitate" (un compendio de 12 libros), en el que introdujo,
las precisiones de la doctrina católica y del pensamiento
griego. También escribió "In Matthaeum" antes del exilio. El exilio
fue un acontecimiento fundamental para su formación cultural y
doctrinal. Pero ello no le impidió que asistiese al concilio de
Seleucia (359) (del que se le quiso excluir), y por el que
escribió "De Synodis". Marchó a Constantinopla, de
donde fue expulsado otra vez por los arrianos y allí
pidió al emperador la liberación del papa san Liberio,
pero no fue escuchado. En el destierro fue más fastidioso a los
arrianos que en su sede, por ello le pidieron que regresara a Poitiers.
En el 360, les combatió de nuevo y consiguió
erradicarlos, al convocar, a este efecto, el concilio de París
(361). Años más tarde acudió al sínodo de
Milán (364) con san Eusebio de Vercelli, y ambos se enfrentaron
contra el obispo arriano Auxencio, que no lograron desterrarlo de la
ciudad, aunque algunos autores dicen que fue exiliado junto con san
Eusebio de Vercelli y murió en el exilio. Fue el primer
hinnólogo de la Iglesia y el primero que estableció la
armonía entre la fe y la razón, asimismo está
considerado el “Doctor de la Divinidad de Cristo”. Escribió
otros muchos tratados. Se le representa junto a su hija santa Abra, y
con su hija espiritual, santa Troecia (Triaise) y su discípulo
san Lienne. Fue enterrado en su ciudad natal, según otras
fuentes, hasta que en 1562, los protestantes quemaron su sepulcro. A su
vida le añadieron muchos hechos milagrosos y fantásticos
que formaron su leyenda.