SAN HERMELANDO
25 de marzo
720 d.C.
Natural de la diócesis de Noyón; en su juventud fue
copero real de la corte de Clotario III; después se
retiró a Fontenelle e ingresó en el monasterio bajo
la regla de san Columbano, durante el abadiato de San Lamberto de Lyon.
Fue ordenado sacerdote y junto a un grupo de doce monjes fue enviado a
fundar una nueva abadía en la isla de Indre, Aindre (Loira), de
la que fue el primer abad.
Hermelando tuvo el don de profecía y de penetración de
espíritus. También fue famoso como taumaturgo. Se dice
que cierta vez cuando uno de sus monjes hablaba del exquisito sabor de
una lamprea que había gustado a la mesa del obispo de Nantes,
Hermelando preguntó: «¿No creéis que Dios
sea capaz de enviarnos una aquí?» Al terminar de hablar,
una ola arrojó una lamprea a sus pies y, ese pequeño pez,
distribuido por el abad, alimentó a la comunidad entera de
monjes. Cuando el santo envejeció, renunció a su oficio y
se retiró a la isla de Aindrette, donde pasó los
últimos años de su vida en la soledad.