SAN HELIODORO DE ALTINO
3 de julio
390 d.C.
Nació en Dalmacia, en el seno de una familia noble. Era guapo,
rico, culto e inteligente. Fue a Italia a perfeccionarse en los
estudios, y de ahí pasó a Aquileya, en el Véneto,
donde conoció a san Jerónimo, creando con él una
gran amistad. Fue instruido en el magisterio por san Valeriano, obispo
de Aquileya; compañero de san Cromacio.
Brillante oficial, dejó todo y se hizo eremita;
junto con san Jerónimo, Inocencio y Evagrio, fueron hacia el
Ponto, Bitinia, Cilicia, Capadocia y Siria, viviendo como anacoretas en
el desierto de Judea, dedicados al estudio y a la traducción de
los textos sagrados. Volvió a Aquileya en 372, enterado de la
muerte de su hermano, para atender a la educación de su sobrino
san Nepociano, a solicitud de su hermana. Al poco tiempo Nepociano se
ordenó presbítero. Heliodoro realizo un viaje a Tierra
Santa, y en Antioquía en el otoño del 374, se
encontró con san Jerónimo, que pensaba retirarse al
desierto calcídico, y le propuso que se marchase con él,
pero Heliodoro, como estaba decepcionado de la vida eremítica,
se negó y regresó a su patria. Jerónimo le
escribió una importantísima carta exaltándole la
vida anacoreta; pero no era su vocación la soledad. San
Jerónimo le advierte de los peligros del dinero y las riquezas,
si acepta la herencia paterna y conculca el voto de pobreza; pero los
temores eran infundados: la caridad de Heliodoro es mayor que sus
muchos bienes; asegurado el digno sustento de sus familiares lo
demás tiene como únicos dueños a los pobres.
Fue elegido primer obispo de Altinum; asistió al
concilio de Aquileya donde se condenó la herejía arriana,
y mientras Jerónimo se dedicaba a la soledad en Belén y a
escribir la "Vulgata", Heliodoro le ayudaba materialmente desde su
obispado; de modo que san Jerónimo no hubiera podido llevar a
delante su obra sin la ayuda de Heliodoro. San Jerónimo le
dedicó, además de dos cartas, la traducción latina
de los libros de Salomón. Bautizó y convirtió a
san Liberal. Repetía a menudo: “¿Qué tienes
que no hayas recibido?”. El año 697 el obispo Deusdedit
trasladó los restos del santo a la iglesia de Santa María
de Torcello.