SAN HEIMERADO
28 de junio
1019 d.C.
Nació en Mosskirch (cerca de Baden, Alemania), en el seno de una
familia muy pobre de siervos. Fue ordenado presbítero que fue
peregrino perpetuo: viajó a Roma y luego a Jerusalén
donde visitó los Santos Lugares. Después vivió,
durante un tiempo, como monje en el monasterio de Hersfeld, fue
expulsado por el abad porque se negó a vestir el hábito
monástico.
Heimrad es uno de los muchos ejemplos de ascetismo
practicado por algunos santos que trataron de aplastar su orgullo y se
humillaron deliberadamente asumiendo costumbres excéntricas,
para ser considerados como tontos o locos a los ojos de los
demás. Durante 40 años, viajó por Alemania como un
peregrino, buscando ser tratado como lo fue Jesús en la
tierra.
Finalmente se estableció como ermitaño en el
Monte Hasungen, cerca de Kassel, en Westfalia, llevando una vida muy
austera y penitencial hasta su muerte. En la región del Rin, un
abad del monasterio, le azotó por denunciar las malas costumbres
de su monasterio. En Westfalia, un sacerdote envió sus perros
contra él para obligarlo a salir de su parroquia. La emperatriz
santa Cunengunda, mandó azotarlo porque se había atrevido
a decir que era el hermano del Emperador. Cuando el castigo hubo
terminado, dijo: “Tenemos el mismo padre en el cielo”. Santa Cunegunda,
arrepentida, le pidió perdón. En dos pueblos fue
también expulsado al ser injustamente acusado de hurto y por sus
“rarezas”.
Se cuenta que en la abadía de Hersfeld, donde
estuvo enterrado Heimrad, hubo un incendio que devastó el
edificio. Pero en medio de las cenizas, los monjes descubrieron un
cirio pascual completamente intacto y sin fundir. Durante muchos
años, una parte de este cirio, milagrosamente conservado,
está en cada cirio pascual de dicha abadía, cuando
celebran para la Vigilia de Pascua. Su culto no ha sido confirmado
oficialmente.