SAN GUILLERMO DE
BOURGES
10 de enero
1209 d.C.
Guillermo Beruyer de Donjeon nació en Nevers y era hijo del
conde de Nevers. Se hizo eclesiástico para medrar, primero fue
canónigo de Soissons y luego de París. Tuvo su momento de
conversión y la aprovechó... dejó totalmente el
mundo y se hizo monje en la abadía de Grammont. Allí
vivió con gran regularidad la vida de esa austera orden, hasta
que una disputa entre los monjes de coro y los otros turbó la
paz. Guillermo pasó entonces a la orden cisterciense, que se
distinguía por su fama de santidad. Tomó el hábito
en la abadía de Pontigny.
Abad de Fontaine-Jean
(Soissons) y luego de Chalis. Se consideró siempre como el
último de los monjes. La mansedumbre de su palabra daba
testimonio del gozo y la paz de su alma. La virtud era atractiva en
él, a pesar de sus crueles austeridades.
A la muerte de Enrique
de Sully, arzobispo de Bourges, el clero de la ciudad pidió a
Eudo, Obispo de París, que le ayudase a elegir un pastor. Como
todos querían a un abad del Cister, depositaron sobre el altar
el nombre de tres abades. Después de haber orado, Eudo
leyó el nombre de Guillermo, a quien, por otra parte,
habían favorecido casi todos los votos de los presentes. Era el
23 de noviembre del año 1200. La noticia abrumó a
Guillermo, quien jamás hubiera aceptado el cargo, si el papa
Inocencio III y el abad de Citeaux, no se lo hubieran mandado.
Guillermo abandonó la soledad con lágrimas en los ojos, y
fue consagrado obispo poco después.
Lo primero que hizo
fue elevar su vida interior y exterior a la altura de su dignidad.
Redobló, pues sus penitencias, diciendo que su cargo le obligaba
a sacrificarse por los otros tanto o más, que por sí
mismo. Bajo el hábito religioso llevaba una áspera
camisa, y ni en el invierno, ni en el verano, cambiaba de manera de
vestir. Jamás comía carne, aunque sus huéspedes
encontraban buena mesa en su casa. No menos digna de encomio era su
solicitud por su grey. Se preocupaba especialmente por los pobres, a
quienes prestaba socorro espiritual y material, pues decía que
Dios le había enviado sobre todo para ellos. Era muy indulgente
con los pecadores arrepentidos; en cambio se mostraba inflexible con
los impenitentes, aunque nunca invocó contra ellos el poder
civil, como se acostumbraba entonces. Tal actitud le ganó
más de una conversión.
Algunos nobles,
abusando de su bondad, usurparon los derechos de su iglesia; pero
Guillermo no se amilanó ante la amenaza de confiscación
de bienes y llevó el caso ante el rey. Su humildad y paciencia
triunfaron en varias ocasiones de la oposición de su
capítulo y su clero. Convirtió a muchos albigenses.
Defendió los derechos de la iglesia contra Felipe Augusto,
excomulgado por el papa Inocencio III después de que repudiara a
su esposa Ingeburga.
Durante su episcopado se comenzó la construcción de la
catedral de Saint Ëtienne. En 1209 se disponía a salir en
cruzada contra los albigenses, cuando en una visita a la catedral en
construcción, abierta a todos los vientos, padeció un
acceso febril que le produjo la muerte; sobre su tumba se produjeron
muchos milagros y ésta fue la causa de su rápida
canonización por Honorio III, al año siguiente de su
muerte. Esta enterrado en la catedral de Bourges. Patrón de la
universidad de París.