SAN GUENAELE
3 de noviembre
580 d.C.
Nació en Bretaña en el seno de una noble familia de
Cornualles. Se dice que tenía 7 años cuando un
día, mientras jugaba con otros niños, vio pasar a san
Guennole, el fundador de la abadía de Landévennec, que le
propuso que lo siguiera. El niño aceptó gozoso. En el
monasterio, donde sus padres le dejaron, fue, a pesar de su juventud,
un modelo para los otros religiosos; se distinguió por su
austeridad y rigores ascéticos muy queridos por los monjes
bretones.
Antes de morir san Guennole lo designó su sucesor, como abad de
Landévennec, y después de siete años de gobierno
renunció a él para marchar con 11 monjes para formarse
mejor en las tradiciones monásticas, que creía mejor
vividas en Inglaterra e Irlanda. Aquí pasó 34 años
dedicado a predicar y a restablecer la disciplina en los monasterios y
fundar otros. Regresó a Bretaña, en la isla de Groix,
donde, según la leyenda, las campanas repicaron solas. De
aquí pasó a Morbihan donde fundó un monasterio en
el que murió. Sus reliquias están en el monaterio
parisino de Corbeil, donde se le conoce como Guénault.
Patrón de la diócesis de Saint-Brieuc.