SAN GUALTERIO DE
PONTOISE
23 de marzo
1095 d.C.
Nacido
en Andaiville (Picardía), era novicio de la abadía de
Rebais cuando se arriesgó a atender y liberar de su calabozo a
un labrador. Era tal su popularidad y la del monasterio por él
construido, que fue nombrado, contra su voluntad, para regir la
abadía de San Martín de Pontoise, como primer abad;
huyó a la abadía de Cluny, donde se escondió con
nombre supuesto, hasta que fue reconocido por el célebre abad
San Hugo de Cluny.
Obligado a regresar, se retiró, anónimo de nuevo, a una
isla del Loira, junto a Tours, tomando a su cargo la capilla de Santos
Cosme y Damián. Su fama atrajo a multitudes. Volvió a ser
reconocido y regresó a Pontoise. Logró ir a Roma para
pedir al papa san Gregorio VII que le descargase de toda autoridad,
pero el Papa le ordenó que debía asumir sus
responsabilidades y obligaciones; ya no se pudo huir más y se
mantuvo en su puesto hasta el fin de su vida. Luchó por la
disciplina de sus monjes y contra la simonía. Tiene culto local.