SAN GUALTERIO DE ESTERP
11 de mayo
1070 d.C.
Nació en el castillo de Conflans en Aquitania, Francia, y era
hijo de una noble familia. Canónigo regular agustino en la
abadía de Dorat donde fue ordenado sacerdote. Cayó en
desgracia del abad y se retiró a Conflans. Los canónigos
regulares de Lesterp (Limoges) lo trajeron a su monasterio y, luego,
fue su abad. Se distinguió por su humildad y gran amor a los
pobres.
Tenía el don de saber decir palabras oportunas a
los pecadores para moverlos a una sincera penitencia, hacerles cambiar
de vida. La fama del notable confesor llegó hasta la Santa Sede.
El papa Víctor II le dio amplias facultades para poder absolver
excomuniones y también para poder excomulgar a los impenitentes,
facultades que usó siempre en beneficio de las almas. Fue
también sobresaliente en él la insigne caridad con que
trataba a los pobres y los socorría, y con la que continuamente
trataba a todos, y singularmente a sus compañeros de comunidad,
cuya unidad la quería basada en el más puro amor fraterno.
Con un grupo de canónigos regulares de su comunidad
hizo la peregrinación a Tierra Santa. Siete años antes de
su muerte quedó ciego y llevó su limitación con
gran paciencia y continuó trabajando en cuanto pudo. Cuando
murió con fama de santidad, su culto comenzó
inmediatamente.