Nació
en Armenia. Fue hijo del obispo de Ansevatsik, que se llamaba Cosroes.
Desde muy pequeño lo tomó bajo su protección su
tío materno, Ananías el Filósofo, que era abad del
monasterio de Narek. Allí fue instruido de modo especial en el
conocimiento de las Santas Escrituras, se distinguió por su
rigor ascético, y por su espíritu de oración.
Gregorio pasó toda su vida tras los muros del monasterio.
Después de
ser ordenado sacerdote, lo hicieron formador de los novicios que
deseaban entrar en la vida monástica. Su fama de santidad y
sabiduría trascendió las paredes de Narek, pasó a
los monasterios vecinos y se convirtió sin pretenderlo en
reformador de monjes. Por la envidia de su sabiduría, y debido
también a la estricta observancia de las normas de vida
conventual, se ganó la enemistad de algunos que abrieron contra
él una auténtica persecución; le llegaron a acusar
injustamente de herejía, y aquella campaña terminó
con la deposición de sus cargos.
Cuenta el Sinaxario armenio que los obispos
desearon conocer la clase de herejía que profesaba Gregorio de
Narek; comisionaron a dos monjes sabios de su total confianza para que
se entrevistaran con él y descubrieran sus errores. Aquellos
buenos delegados temían una entrevista formal con quien
tenía fama de recto y sabio; prefirieron hacer otras cuentas y
someterlo a una especie de juicio de Dios. Idearon hacerle un exquisito
paté de pichón y dárselo a comer en cuaresma; el
asunto consistía en que, si Gregorio se comía el
paté, sería hereje; si lo rechazaba, demostraría
su fidelidad a la doctrina. Se refiere que, nada más verlos
entrar en su celda, Gregorio dejó su oración, se puso en
pié, abrió la ventana y dio unas palmadas en el aire,
mientras gritaba a los pájaros: "Venid, pajaritos, a jugar con
el pescado que se come hoy". Entendieron aquellos monjes que el modo de
resolverse la trampa era testimonio más que evidente de su
santidad, y tomaron buena cuenta de su inocencia, porque un hereje
nunca hubiera podido realizar tal gesto.
Fue elegido obispo
de Nicópolis en su tierra natal; se dice que huyó
abandonando su sede, por humildad, a Francia y se estableció
como ermitaño en Pithiviers (Orleans). Es conocido por su
doctrina, escritos y ciencia mística, y por un famoso libro
llamado "Libro de oraciones"; sus más de veinte mil
versos los compuso en poco más de tres años; es
reconocido como doctor de la iglesia armenia. Murió en Narek,
sobre el lago Van (Turquía).
“El Santo
Padre Francisco confirmó, el 21 de febrero de 2015, la sentencia
afirmativa de la Sesión Plenaria de los cardenales y obispos
miembros de la Congregación para las Causas de los Santos para
la próxima concesión de título de Doctor de la
Iglesia Universal a san Gregorio de Narek”.