SAN GREGORIO BARBARIGO
18 de junio
1697 d.C.
Nació en Venecia en el seno de una familia senatorial. Muy joven
se quedó huérfano de madre, y su padre cuidó de
darle una esmeradísima educación. Con 19 años
acompañó al embajador Contarini al congreso de
Münster. Allí conoció al nuncio del papa, Fabio
Chigi, futuro papa Alejandro VII, quien influyó mucho en
él. En este congreso, Gregorio colaboró en el tratado de
la paz de Westfalia (1648), con la que terminó la guerra de
Treinta Años. A su regreso fue magistrado, pero le atraía
la vida religiosa y estuvo apunto de hacerse carmelita, hasta que
decidió ingresar en el clero secular e inició sus
estudios en Padua.
En 1655 era sacerdote, y en seguida el Papa Alejandro VII le
llamó a Roma donde ostentó diversos cargos de
importancia. La peste que asoló Roma en 1656 no le animaron a
marcharse de la ciudad, muy al contrario estuvo dedicado personalmente
a los enfermos y a enterrar personalmente a los muertos.
Nombrado obispo de Bérgamo, encontró una
diócesis muy abandonada, que transformó por completo con
su ejemplo de austeridad, con la fundación de un seminario
y con la solicitud con la que atendía a su grey,
intentando aplicar las reformas del Concilio de Trento. Más
tarde, siendo ya cardenal, fue obispo de Padua, donde repitió
las reformas de Bérgamo, inspirada por san Carlos Borromeo. Fue
un obispo, popularmente famoso por el caudal de sus limosnas y por la
severidad con que reprimió abusos de los religiosos (tuvo que
corregir a muchas monjas y cerrar locutorios en los conventos en los
días de carnaval), hizo frente a varias rebeliones de
canónigos, le dispararon y un párroco fijó en
lugares públicos una violenta sátira contra él.
Fue propuesto en el conclave para el sucesor del Papa, y él hizo
todo lo que pudo para desprestigiarse y no salir elegido. Fue un hombre
sencillo, piadoso, dedicado personalmente a los pobres y a todo aquel
que se lo pidiera. Realizó visitas pastorales en sus
diócesis. Padeció dolorosas enfermedades en los
últimos años de su vida que llevó con heroica
paciencia. Murió en Padua. Fue canonizado por SS. Juan
XXIII el 26 de mayo de 1960.