SAN GORDIO
3 de enero
304 d.C.
Soldado
en Cesarea de Capadocia; fue expulsado del ejército a causa de
su religión, se retiró al desierto, pero durante la
persecución Diocleciano, mientras se celebraban los festivales
en honor a Marte, regresó a Cesarea, y en el anfiteatro tomo
asiento en lugar visible y, poco antes de que diera comienzo la carrera
de carros, se puso de pie declarándose públicamente
cristiano. Sus Actaslas escribió san Basilio de Cesarea,
que dice “era un hombre de aspecto descuidado, con el cabello sucio y
revuelto, la barba hirsuta y enmarañada, la ropa desgarrada,
flaco y demacrado todo su cuerpo”. Sin embargo irradiaba una dignidad
que regocijaba el espíritu de los cristianos. El prefecto lo
hizo comparecer e intentó por todos los medios,
amenazándolo y sobornándolo, para que se retractara. Pero
Gordio se mostró inquebrantable, aceptando con la alegría
la muerte por la espada.