SAN GODERICO
21 de mayo
1170 d.C.
Nació en Walpole en Norfolk, después de dos viajes por
mar llenos de aventuras dedicados al comercio, visitó
Lindisfarne y los lugares en los que había estado san Cutberto.
Un anhelo de espiritualidad se apoderó de él.
Peregrinó a Jerusalén, Santiago de Compostela, Saint
Gilles, en la Provenza, y varias veces a Roma. En 1105 se fue a vivir
como anacoreta. Distribuyó sus bienes entre los pobres y se
retiró a la región despoblada de Carlisle.
Emprendió una segunda peregrinación a Palestina, donde
vivió en el desierto con otros eremitas. Regresó a su
tierra y prestó servicios como acólito en la iglesia de
Durham, junto al sepulcro de san Cutberto y por último se hizo
ermitaño en Finkale en el condado de Durham, bajo la obediencia
del prior benedictino de Durham; allí vivió 60
años con gran austeridad, y conocido por sus dotes
sobrenaturales y su familiaridad con los animales salvajes. Su
extraordinaria vida fue narrada por Reginaldo de Durham; todavía
se conservan algunas de sus poesías dedicadas a María a
las que les puso música. Papas y obispos le pidieron consejo y
mantuvieron correspondencia con él. Murió centenario,
bajo el cuidado de los monjes de Durham.