SAN GERARDO DE BROGNE
959 d.C.
3 de octubre
Nació en el condado de Namur, en el seno de una familia de la
aristocracia media terrateniente; fue educado al servicio de las armas;
como paje del conde de Namur fue enviado en misión especial a la
corte francesa (918). En Francia ingresó en el monasterio
benedictino de Saint-Denis. Once años después fue
ordenado sacerdote (927) y enviado a Bélgica para fundar una
abadía en Brogne dedicada a santos Pedro y Eugenio, algunos
biografos dicen que fundó esta abadía siendo
todavía laico y por propia iniciativa y con sus propios fondos
económicos. Fue abad de esta casa durante 22 años y
durante este periodo contribuyó en la expansión de la
regla benedictina entre numerosos conventos de Flandes, Lorena y la
Champaña; fue célebre por la dulzura de su temperamento.
Uno de sus biografos dijo de él: “Fue practicamente el
único y el primero de Occidente que, en estos últimos
tiempos, haya observado las normas de la vida religiosa”.
Su reforma monástica se extinguió a su
muerte. Permeneció fiel a la idea de “iglesia privada”, y
él mismo fue propietario de la iglesia de Brogne, fundada en sus
tierras. Esta actitud se explica indudablemente por la educación
que recibió en Saint-Denis, monasterio del que rey era el abad.
Gerardo se colocó en posiciones más cercanas a san Benito
de Aniano y al monacato carolingio que a las de san Odón de
Cluny, que también fue contemporáneo suyo. Sus restos
desaparecieron de la abadía de Brogne durante la
revolución francesa, y durante la Edad Media, su tumba fue lugar
de peregrinación.