SAN GENNADIO
26 de mayo
Santos GUINIZZONE y GENNADIO
En la historia milenaria de la abadía de Montecassino,
ha habido varios períodos de destrucción y dispersión
de la comunidad y de la misma abadía, pero siempre seguidos de un
período de brillante resurgimiento; en uno u otro período,
sin embargo, brillaban espléndidas figuras de santos monjes y abades,
algunos incluso mártires. Y en uno de estos períodos de conflicto
violento, en el siglo XI, encontramos a los santos monjes Guinizzone y Gennadio
(cuyo verdadero nombre es Gennaro, pero conocido como Gennadio).
El primer nativo de España, se hizo monje en Montecassino,
encontrándose implicado en las desventuras que la abadía sufrió
a finales del siglo X, a causa de Pandolfo IV de Capua y el cómplice
eficaz Todino. En el monasterio, pocos monjes se quedaron para recitar el
oficio divino; Guinizzone pidió retirarse a la vida de un ermitaño
en una pequeña celda construida en los bosques circundantes, y un
día los pocos monjes que quedaban se dirigieron al malvado Todino,
que residía en el Roccadevandro actual, para pedirle ayuda con un
suministro de alimentos; El santo monje Ermitaño consintió
y se dirigió a Todino, quien en vez de eso lo encarceló malignamente
en una iglesia, quitándole también el palo que era su símbolo
eremítico, entregándolo en custodia a su esposa.
Pero aquí un milagro de Dios intervino, milagrosamente
logró salir a pesar de las puertas cerradas y haciéndolo invisible,
lo hizo llegar al pie de la colina, con el palo recuperado. El monje Gennadio
(Gennaro) está vinculado a él en su memoria, porque probablemente
vivió con Guinizzone en la misma ermita; de este monje se conoce un
milagro que atestigua su santidad; enviado por Guinizzone a un herrero de
Aquino para reparar algunas herramientas de hierro, fue burlado por el herrero
y por los presentes por su aspecto próspero, que no parecía
el de un asceta dedicado a la penitencia corporal.
Pero mientras continuaba con su trabajo, un hierro brillante
cayó del yunque, y Gennadio, inclinándose sobre él,
lo recogió con la mano desnuda, sin volver a provocar quemaduras,
en medio del asombro de los presentes.
Guinizzone murió el 26 de mayo de un año alrededor de 1050,
el mismo día en que su muerte fue revelada milagrosamente a un monje
que estaba cerca de Benevento; fue enterrado en la iglesia de S. Nicola della
Cicogna (no lejos de Montecassino, al pie del Monte El Cairo) y colocado
en un nicho de plomo a la derecha del altar; Junto a él, después
de un tiempo, el cuerpo de su discípulo Genadio también fue
puesto. Más tarde, los dos restos fueron transportados a Montecassino
y colocados debajo del altar mayor cerca de los del s. Benedicto y de s.
Scholastic.
En 1627, durante el trabajo en curso en el presbiterio, las
reliquias de los dos santos, junto con las de los santos Simplicio, Carlomanno
y Costantino, se colocaron en la antigua capilla de S. Bertario; aún
en 1691 las reliquias de Guinizzone y Gennadio fueron colocadas en una capilla
dedicada exclusivamente a ellas, artísticamente adornada con pinturas
de Luca Giordano, con mármol, estuco y dorado. Se mantuvo indemne
por la destrucción del bombardeo estadounidense de la Segunda Guerra
Mundial, las reliquias se colocaron bajo el altar de la capilla reconstruida
de las SS. Sacramento. Fueron muy reverenciados y celebrados por el abad
Desiderio (más tarde Papa Víctor III) como hacedores de milagros.