SAN FULGENCIO DE RUSPE
1 de enero
532 d.C.
Nació en Telepte (hoy Medinte-el-Khedima), provincia
romano-africana de la Bizacena, de origen senatorial, de la familia de
los Gordianos. Trabajaba como exactor de impuestos de Roma en el norte
de África; las incitaciones de sus superiores a mostrar cada vez
mayor dureza con los morosos, hizo que le empezara a desagradar su
trabajo. En sus visitas a los conventos aprendió la pobreza, por
esta razón, pidió al abad Fausto de Bizancio que le
admitiera en su monasterio. Después de leer la "Enarratio" y las "Confesiones" de san Agustín. Lo
dejó todo por la vida monástica a pesar de la fuerte
oposición de su familia, especialmente de su madre. Nada
más ingresar en el monasterio, a causa de una persecución
de parte de los vándalos arrianos del rey Hunnerico, junto su
amigo Félix, fueron apresados. A Fulgenció se le
conmutó la pena de muerte por la deportación, y
Félix fue públicamente azotado y también
deportado. Fulgencio tuvo que buscar refugió, en un monasterio
más lejano, donde fue coadjutor del abad. Pero otra
persecución lo hizo huir todavía más lejos, a los
confines de Mauritania.
La lectura de las "Collationes" de Casiano, obra muy
difundida entre los círculos monásticos, le
impulsó a buscar una ascesis más severa junto a los
monjes de Egipto. Puesto ya en camino, durante su escala en Siracusa,
el obispo local Eulalio consiguió disuadirle de su
propósito informándole del cisma acaciano, que en ese
momento separaba a la cristiandad oriental, y a los monjes de Egipto.
Fue en
peregrinación a Roma con ocasión de la visita de
Teodorico, rey de los ostrogodos (500), y cuando regresó a
África, reemprendió la vida monástica, pero esta
vez con clara voluntad de entregarse a la ascesis solitaria, por cuya
razón tuvo enfrentamientos con los fieles, que le exigían
mayor compromiso comunitario. Ordenado presbítero, fue aclamado
obispo de Ruspe (Cartago) en el 508. Intentó por todos los
medios sustraerse al nombramiento, pero tuvo que aceptarlo. Aunque
siempre fue obispo, su vida cotidiana estaba impresa del
espíritu monástico agustiniano. Una tercera
persecución, ordenada por el rey Trasamundo (496-523) lo
exilió a Cerdeña, concretamente a Cagliari, junto con
otros obispos, donde fundó monasterios. Estuvo en su exilio
sardo durante muchos años hasta que fue llamado de nuevo a
Ruspe, porque sus cartas escritas desde el exilio en nombre de otros
obispos confinados con él, hizo que el rey, al que le agradaba
la teología, le llamara a Cartago para discutir sobre
teología y ponerlo a prueba. No salió bien parado
Trasamundo, que lo envió de nuevo a Cerdeña, de donde
pudo volver en el 523, con los demás obispos de África,
cuando murió el rey. Se dedicó a su oficio de pastor
hasta su muerte.
Sus escritos contra la herejía hicieron de él un famoso
doctor de la Iglesia. Escribió "Contra los arrianos", en
el 515; "A Trasamundo" en
la que afirma las dos naturalezas de Cristo. "Contra el discurso de
Fastidioso Arriano a Víctor"; "Contra Fabiano"; "La
Trinidad al notario Félix"; "A Mónimo"... etc.
Todas sus obras son de inspiración agustiniana, ya sea cuando
rebate las herejías, como cuando habla de la Trinidad. Lo que
más frecuentemente se citaba, durante mucho tiempo, era su
“dogma inquebrantable”: “No sólo todos los paganos, sino
también todos los judíos, y todos los herejes y
cismáticos que acaben su vida fuera de la Iglesia
católica, perecerán en el fuego eterno”; esta doctrina ya
está en desuso. Es patrón de Cagliari (Cerdeña).
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)