Obispo
de Otricoli en la provincia de Terni (Italia), que encontró el
cuerpo del mártir san Víctor y le construyó un
altar. Algunos
estudiosos lo identifican con el san Fulgencio obispo de Otricoli, que
recuerda san Gregorio Magno en sus “Diálogos”, en el que
refiere un milagro operado por nuestro santo:
Totila,
rey de los ostrogodos, en su conquista de Italia, derrotando a los
bizantinos, pasó por Otricoli y aquí recibió
algunos regalos del obispo Fulgencio, que intentaba de esta manera
mitigar el furor del rey bárbaro, entre la población de
la ciudad. Pero Totila, despreciando el regalo, mandó encarcelar
al obispo para enjuiciarlo posteriormente; lo metieron dentro de un
cerco, que estaba prohibido superarlo por la población. El
obispo sufría el calor, pero el tiempo cambió y
comenzó a llover a cántaros, pero el lugar donde estaba
Fulgencio permaneció seco. El hecho se le refirió a
Totila que transformó su odio en admiración.