A
cerca del
origen de Finán, existen dos tradiciones: una que dice que era
natural de Irlanda, hijo de Rimed o Ryves; en cambio la otra, dice que
nació en Escocia y esta última está recogida en
los "Martirologios de Tallaght", de "Donegal" y de "Gorman" que, todos, lo
señalan como "sajón".
Fue monje de la
abadía de Iona, donde vivió durante mucho tiempo durante
el gobierno de Seghine. En el 652, sucedió a san Aidán
como obispo de Lindisfarne, Northumbría. La organización
de Lindisfarne era análoga a la de Iona; el monasterio era
gobernado por un abad, elegido obispo con el consenso de la comunidad y
de todo el clero; dentro y fuera del monasterio, incluído el
obispo, se seguía la regla monástica. Fue un gran
defensor de los usos celtas, y por esto a Beda no le gustaba (aunque
admitió su gran virtud). Finán construyó en madera
su gran catedral y tuvo una disputa con un tal Ronan, defensor de la
Pascua romana, el cual, no consiguió convencerlo. Parece que
Ronan no le mantuvo el respeto que se debía a un obispo. Hay que
señalar que el obispo no obstaculizó jamás a los
partidarios de los usos romanos.
Amigo de san Oswin,
rey de Northumbía, tuvo dos grande éxitos en su
apostolado. Bautizó en el 653 a Peada, príncipe de los
Anglos Meridionales e hijo del pagano Penda, rey de Mercia, al cual
Oswin había puesto como condición, para concederle la
mano de su hija Alchfleda, su conversión al cristianismo.
También bautizó a san Sigeberto II, rey de los sajones
orientales; con su conversión siguió la de sus subditos,
y después de algún tiempo, Finán pudo ordenar a
san Diuma como obispo de Mercia y a san Cedd, obispo de los sajones
orientales. Con la ayuda de san Ceaddas y otros misioneros
evangelizó varias regiones de la Inglaterra meridional.
Otro hijo de Penda,
Wulpher, se hizo bautizar por Finán, por temor a que san Oswin
se quisiera vengar en él por la muerte de Oswaldo, asesinado por
Penda en el 641. La precariedad de la conversión de Wulpher al
cristianismo se demostró pronto, porque él, instigado por
un cierto Belial, abjuró y asesinó a santos Vulfado y
Rufino.
Según los
historiadores escoceses, la autoridad de Finán se
extendía más allá de los límites de su
diócesis, y narran la excomunión pronunciada por el
obispo de Lindisfarne contra un cierto Fergus, rey de los escoceses
Dalriadiani, que había suscitado las protestas del clero por su
violencia y avidez. Su oposición a los usos romanos lo
excluyó del Martirologio
Romano, pero León XIII, el 5 de julio de 1898,
restableció y confirmó su culto en Escocia, donde es
recordado en la diócesis de Argyll.