SAN FERREOL DE
UZÉS
4 de enero
581 d.C.
Natural de Narbona, fue obispo de Uzés o Nimes y se
dedicó particularmente a la conversión de los
judíos de su diócesis; se dice que por este motivo el rey
Childeberto lo exilió, aunque el Martirologio Romanodice
que fue exiliado por envidia y al regresar junto a su grey, al cabo de
tres años, le recibieron con alegría, como un verdadero
hombre de Dios.
Fundó un
monasterio para el cual escribió una regla. San Gregorio de
Tours, su contemporáneo, lo presenta en estos términos:
«En aquel tiempo, Ferreolo, obispo de Uzés, varón
de gran santidad, murió, lleno de sabiduría e
inteligencia; compuso algunas epístolas.» Estas cartas no
se nos han conservado, mientras que sí se conserva una obra que
se le atribuye, con gran verosimilitud, una regla monástica,
redactada hacia el 570 y destinada al monasterio de Ferreolac, fundado
en honor de otro san Ferreolo, mártir de Vienne.
La regla
monástica de Ferreolo ensalza especialmente la obediencia,
fundamento de la virtud, y la caridad, su madre; favorece fuertemente
la vida contemplativa en el espíritu de «un
corazón, un alma» de los Hechos
de los Apóstoles 4,32.
Busca llevar al combate espiritual contra el dominio de la carne y del
orgullo, y manifiesta una característica moderación. Su
propósito es conducir a los religiosos deseosos de Dios, que se
esfuerzan en buscar y encontrar a Aquel que ha dicho: «Amo a los
que me aman» (Prov 8,17). las prescripciones están
fundadas principalmente en las Sagradas Escrituras.
Su memoria se celebra
en Nimes. Un suplemento del “Martirologio de Usuardo” lo menciona en esta fecha.
Una «Vita» de fecha incierta, pero netamente
posterior y considerada privada de valor histórico, hace del
santo hijo de una princesa merovingia y nieto de san Firmino (muerto
hacia el 553), su predecesor en Uzés. Su madre sería
incluso ascendiente de Carlomagno. Tiene culto local.