SAN FÉLIX DE
SEVILLA
2 de mayo
300 d.C.
Según la tradición fue arcediano de Toledo y,
participó, con su obispo Melecio, en el concilio de Elvira (c.
300); enviado por su obispo a Sabino de Sevilla, fue apresado por orden
del gobernador Daciano y, ante su constancia en la fe cristiana, fue
flagelado hasta morir. Se le venera en Sevilla.