SAN FELIPE DE
JESÚS
5 de febrero
1597 d.C.
Nació en la ciudad de Méjico, de padres españoles
y se llamaba Felipe de las Casas. Su juventud fue bastante
frívola. Se hizo franciscano en Puebla, pero en el 1589
dejó la Orden porque no pudo hacer frente a la austeridad de
aquella vida. Volvió a su casa y ejerció el oficio de
platero, aunque sin mucho éxito. A los 18 años su padre
lo envió como mercader a Filipinas, donde se dejó seducir
por la buena vida, hasta que comprendió la vacuidad de
ésta.
Se arrepintió y
volvió a ingresar en los franciscanos en Manila (1590), en esta
ocasión destacó tanto por su espíritu de
sacrificio y su piedad, que los superiores decidieron ordenarle
sacerdote y por eso le enviaron a su Méjico natal; al hacer sus
votos religiosos cambió su nombre por el de Felipe de
Jesús.
Mientras regresaba a Méjico, junto a fray Juan Pobre, su nave
fue desviada a Japón por una tempestad, fue acogido como lego,
candidato al sacerdocio por la comunidad franciscana de Santa
María de los Ángeles, en Macao. Al poco tiempo de su
llegada, estalló una persecución contra los cristianos
ordenada por el emperador Taico Sama. Al finales de 1596 todos los
componentes de la comunidad fueron arrestados y encarcelados. Fray
Felipe de Jesús, podía liberarse como náufrago,
pero no quiso, como sus otros compañeros. Les mutilaron la oreja
izquierda, como señal de que estaban condenados a muerte, y
empezó para ellos un largo calvario a través de las
provincias japonesas, hasta llegar Nagasaki donde fueron crucificados.
Felipe de Jesús murió pronunciando por tres veces el
nombre de Jesús, y fue alanceado por los soldados que le
atravesaron el costado. Es protomártir mejicano, y el primero
que murió entre los mártires de Nagasaki. Fue
canonizado, en el grupo de san Pablo Miki y compañeros
mártires del Japón, por Pío IX el 8 de junio de
1862.