SAN EXUPERANCIO DE
CINGOLI
24 de enero
Siglo V d.C.
Nació,
según la tradición que nos ha llegado, en África,
y desde la infancia manifiestó el deseo de convertirse al
catolicismo, hasta que a los doce años logró convencer a
su padre, arriano o maniqueo, que le diera permiso para recibir el
bautismo de acuerdo a los ritos católicos. Una vez crecido, no
se casó y dejó a su familia para ir a predicar el
Evangelio. Recorrió gran parte del norte de África,
llevando vida monástica.
Se embarcó para
Italia, y durante el viaje convierte a la tripulación, y aplaca
con su oración una violenta tempestad. Tocó tierra en
Numana, cerca de Ancona, y se dirigió a Roma, donde
reanudó su predicación pero fue encarcelado. El Papa le
hizo poner la libertad, lo consagró obispo y lo envió a
gobernar la diócesis de Cíngoli, en el Piceno, que
había quedado vacante. Fue recibido con aclamaciones, y
agradeció el recibiento con sus virtudes y su celo pastoral.
Después de quince años de episcopado fructífero,
acompañado por numerosos milagros, sintiendo cerca la muerte
indicó el lugar donde quería ser enterrado, fuera de la
ciudad, y allí se hicieron solemnes funerales.