SAN EVARISTO
99-107 d.C.
Nació por los años 60, de una familia judía
asentada en tierras griegas. Recibió educación
judía y aprendió en los liceos helénicos.
No se conocen datos de su conversión al cristianismo, pero se le
ve ya en Roma como uno de los presbíteros muy estimados por los
fieles que, lleno de celo, eleva el nivel de la comunidad de cristianos
de la ciudad, entregándose por completo a mostrarle a
Jesucristo. Amplio conocedor de la Sagrada Escritura, es docto en la
predicación y humilde en el servicio.
Muerto mártir el Papa Anacleto, sucesor de Clemente, la
atención se fija en Evaristo. Por humildad se resistió
con todas las fuerzas posibles a asumir la dignidad que comportaba tan
alto servicio. El día 27 de Julio del año 108 tuvo la
Iglesia por Papa a Evaristo.
Atendió cuidadosamente las necesidades del rebaño:
Defiende la verdadera fe contra los errores gnósticos. Establece
normas que afectan a la consagración y trabajo pastoral de los
Obispos y de los diáconos. Manda la celebración
pública de los matrimonios. Se ocupa de la vida de los fieles,
esbozándose ya una cierta administración territorial,
para su mejor atención y gobierno. También
escribió cartas a los fieles de Africa y de Egipto.
Murió mártir, siendo Trajano emperador, hacia el 117.
La iglesia del tiempo cada día crece en número, pero
está perseguida por las leyes; es silenciosa y fuerte en la fe,
oculta y limpia en las obras; vive dentro del Imperio en estado
latente, desplegando poco a poco su potencialidad al soplo del
Espíritu.
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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)