SAN EUGENIO I
655-657 d.C.



   Entre el rapto de Martín y la elección del nuevo Papa, la Iglesia fue regida, según deseo del Papa, por sus representantes directos, el archidiácono, el arcipestre y el jefe de los notarios apostólicos. De este modo quería marcar su continuidad, que nada tenía que ver con su destierro, impuesto por Bizancio. Sólo un año antes de su muerte, los romanos eligieron nuevo Papa en la persona de Eugenio, para evitar la imposición de algún Papa monofisita. Hasta la muerte de Martín, Eugenio no fue considerado como Papa legítimo. Mientras los árabes destruian la flota imperial, la corte de Bizancio pensaba raptarlo y llevarlo a Bizancio, ya que Eugenio combatió también la herejía.

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(Pbro. José Manuel Silva Moreno)