SAN EUBULIO
7 de marzo
309 d.C.
En el
sexto año de la persecución de Diocleciano, siendo
Firmiliano gobernador de Palestina, Adrián y Eubulio fueron de
Batanea a Cesarea para visitar a los confesores de la fe. Cuando los
guardias de la ciudad les interrogaron sobre el motivo de su viaje, los
mártires respondieron sin rodeos que habían ido a visitar
a los cristianos. Inmediatamente fueron conducidos ante el gobernador,
quien les mandó azotar y desgarrar las carnes con garfios de
hierro, para ser arrojados después a las fieras. Dos días
más tarde, durante las fiestas de la diosa Fortuna,
Adrián fue decapitado, después de haber sido atacado por
un león.
Eubulio
corrió la misma suerte, uno o dos días después. El
juez había prometido la libertad a este último, con tal
de que sacrificara a los ídolos; pero el santo prefirió
la muerte. Fue el último de los que sufrieron el martirio en
Cesarea durante esta persecución, que había durado doce
años, bajo el mando de tres gobernadores: Flaviano, Urbano y
Firmiliano. El cruel Firmiliano pronto cayó en desgracia y fue
decapitado por orden del emperador. Su predecesor, Urbano,
había corrido la misma suerte dos años antes.