SAN ESQUILO DE
STRANGNAS
12 de junio
1080 d.C.
Nació en Inglaterra, aunque se piensa que su origen era vikingo.
Parece que ingresó como monje en Glastonbury y se integró
en el grupo de misioneros que marcharon a Noruega, junto con san
Sigfrido, a petición del rey Olav Trygvasson. Sigfrido puso su
sede episcopal en Vajxo, mientras que Eskil desarrolló su labor
itinerante por Suecia, singularmente en Sodermanland (en la
región de la actual Estocolmo). San Sigfrido lo consagró
obispo de Nordhan’s Kogh y puso su sede en la isla de
Strängnäs.
Cuando el rey Inge, que había apoyado la labor
misionera cristiana, fue asesinado, se produjo una reacción
pagana y se organizó una gran fiesta en honor de los antiguos
dioses, a la que acudieron a participar no solamente paganos sino
también algunos que ya habían sido bautizados. Eskil se
hizo presente, solicitó de los fieles cristianos que no
participaran de los sacrificios paganos y, según señala
la leyenda, como señal divina de que dichos sacrificios paganos
eran abominación, pidió a Dios que destruyera el altar y
los sacrificios paganos, lo que efectivamente sucedió a causa de
una repentina tempestad de pedrisco, que dejó salvos al obispo y
sus oyentes. Entonces, lleno de rabia, el rey Sewyn ordenó que
Eskil fuera ejecutado. La multitud así lo hizo, matándolo
a pedradas. En el lugar de su martirio se edificó una iglesia.
En Eskilstuna se le conmemora como uno de sus grandes mártires.